lunes, 2 de octubre de 2017

Alma muerta


“Alma muerta”

Piedras enormes, rojo sol y el polvo
alzado en nubes sobre tierra seca…
El sol al irse musitó al oído:
el alma tienes para nunca muerta.
Moviéndose serpientes a mi lado
hasta mi boca alzaron la cabeza.
El cielo gris, la piedra, repetían:
el alma tienes para nunca muerta.
Picos de buitre se sintieron luego
junto a mis plantas remover la tierra;
voces del llano repitió la tarde:
el alma tienes para nunca muerta.
Oh sol fecundo, tierra enardecida,
cielo estrellado, mar enorme, selva,
entraos por mi alma, sacudidla.
Duerme esta pobre que parece muerta.
Ah, que tus ojos se despierten, alma,
y hallen el mundo como cosa nueva…
Ah, que tus ojos se despierten, alma,
alma que duermes con olor a muerta…
Alfonsina Storni

C. D. Friedrich "El mar de hielo"
El mar de hielo no es sólo el mar de la obra de Friedrich, es el mundo en que viven personas que se sienten solas y aisladas como Alfonsina Storni.
Personas que se sienten solas y desconectadas de todo, que no son capaces de estar vinculadas a nadie, que no encajan en ninguna parte, que se sienten muertas en vida porque la vida no les ofrece nada.
Personas que tienen un alma que ya pertenece a otro mundo. 
Un alma que apesta a muerte, que nadie quiere cerca, que nadie aprecia, que nadie valora.
Un alma muerta y enterrada que no merece cariño ni compasión.
Todos los que viven felices y despreocupados huyen y desprecian a estas pobres almas errantes y solitarias. Claro, es normal. Nadie que tenga todo lo necesario en la vida para ser feliz se puede arriesgar a mirarse al desnudo.

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