lunes, 30 de julio de 2018

adiós a la juventud

Addio, del passato bei sogni ridenti, 
Le rose del volto gia sono pallenti ; 
L'amore d'Alfredo perfino mi manca, 
Conforto, sostegno dell' anima stanca. 
Conforto ! Sostegno ! 
Ah, della traviata sorridi al desio ; 
A lei, deh, perdona ; tu accoglila, o Dio ! 
Ah ! Tutto, tutto fini. Or tutto, tutto fini !

Le gioie, i dolori tra poco avran fine, 
La tomba ai mortali di tutto e confine ! 
Non lagrima o fiore avra la mia fossa. 
Non croce col nome che copra quest'ossa ! 
Non croce, non fiore 
Ah, della traviata sorridi al desio ; 
A lei, deh, perdona ; tu accoglila, o Dio ! 
Ah ! Tutto, tutto fini. Or tutto, tutto fini !
La Traviata

(Adiós, bellos sueños del pasado/ Las rosas del rostro están pálidas/ Hasta el amor de Alfredo me falta/ Que es el sostén y el conforto de mi alma cansada/ Ah, de la extraviada sonríe al deseo/ Perdónala, acógela, o Dios/ Ah, todo terminó / Las alegrías, los dolores dentro de poco tendrán fin/ la tumba para los mortales es el fin de todo/ Ni lágrimas ni flores tendrá mi fosa/ Ni cruz ni nombre que cubran estos huesos...)



Que te diagnostiquen una patología propia de personas mayores y/o de mediana edad es una bofetada de realidad, una vuelta al barro elemental, una herida narcisista, una mierda.
Porque ya no eres joven, no hay vuelta atrás, el tiempo pasa inexorable por tus arterias y tus ventrículos, por tus riñones y tus vasos cerebrales y ya entras en esa población de riesgo madura que puede tener un infarto o un ictus y nadie dirá "pobrecita, con lo joven que era". Es más, el hecho de que eso sea una posibilidad real para ti y no para otros que son mayores, padres, abuelos, tíos, es un jarro de agua fría que te cae una mañana al despertar del último día de tu tardía juventud.
No hay risas al recordar programas infantiles o planes de estudios obsoletos.
Es la vejez y la muerte las que acechan, y eso hiela el corazón.
No es sólo una pastilla para la tensión. Es el final de una era.


lunes, 23 de julio de 2018

La larga dependencia.

"El inicial desvalimiento del ser humano es la fuente primordial de todos los motivos morales"
Freud




Es el sentimiento de soledad y  de impotencia ante lo desconocido lo que hace que los humanos hagamos las cosas que hacemos y que seamos lo que somos. Somos seres dependientes emocionalmente debido a nuestra larga infancia, en la que somos vulnerables durante muchos años, como también dijo Lacan "lo que caracteriza al ser humano es la prematuración en el momento de su nacimiento, prematuración que, desde un comienzo, lo pone en manos del "Otro" y lo marca para el resto de su vida, en la que nunca alcanzará el estado "ideal"."



Esta situación de desamparo inicial es para Freud la causa principal para el surgimiento de eso que llama "motivos morales", noción que debe entenderse en el sentido de que son las demandas que vienen del "Otro", a merced de quien el niño se encuentra en el comienzo de su vida, lo que hace del niño desde un comienzo un ser humano, un sujeto que habla y cuyo deseo tendrá que ser modelado inevitablemente por la palabra que viene de ese "Otro".

En el inicio de su vida el sujeto está en manos del "Otro" de quien depende para sobrevivir. Pero pronto advertirá que la "omnipotencia" que le atribuye es una ilusión que su propio desvalimiento produce. Queda, de todos modos, una nostalgia por esa omnipotencia supuesta y esta nostalgia será la base de toda creencia porque toda creencia se basa en la creación de una instancia dotada de esos poderes plenos que pueden asegurar amparo al sujeto. 
Así, toda la vida añoraremos ese estado de seguridad y dependencia en el que un "Otro" omnipotente nos proveía y estaba ahí de forma permanente para saciar y colmar todas nuestras necesidades (o no, causando la neurosis). Permanecemos en ese estado de incompletud, en esa búsqueda absurda de la media naranja que nos complete cuando la carencia está en nuestra psique y en nuestra neurosis. 
Hemos neurotizado nuestra sociedad y nuestra cultura romantizando esa búsqueda del amor, enalteciendo y cantando a esa completud falsa que no es más que nuestra neurosis y que sólo tiene cura mirándonos con sinceridad a nosotros mismos.




En sus reflexiones, Freud testimonia cómo en su búsqueda racional de las causas de ese estado carencial, el hecho de que la causa es finalmente esa "naturaleza de la enfermedad", el ser en falta, la causa como causa perdida, es decir, eso de lo que el sujeto nada quiere saber y por eso se aferra al creer. 
Necesitamos aferrarnos a nuestra incompletud porque forma parte de nuestra esencia imperfecta e insana, nuestra búsqueda del amor imposible, el estar en el mundo del humano nunca es en armonía como los demás animales.
Los demás animales tienen una infancia más corta y un periodo de dependencia menor, están en armonía con su entorno y consigo mismos y no son tan grotescamente conscientes de sí mismos y de sus egos.
¿Hace falta preguntar quiénes se han adaptado mejor al mundo y quiénes son menos auto y hetero destructivos?



wikipedia-Freud, Lacan
http://www.acheronta.org/acheronta23/gerber.htm

martes, 17 de julio de 2018

El enjambre y la intimidad

 “Lo enseñamos todo en Internet, y la autoexposición es más eficiente que la tortura a la hora de sacarnos información”.
Byung-Chul Han

Una de las consecuencias de la implantación de los smartphones y de las redes sociales en nuestras vidas es la total pérdida de la intimidad y de la privacidad.

Una de las cosas que más me impresiona es la retransmisión en tiempo real y con todo lujo de detalles de parcelas íntimas de nuestras vidas. Ahora mismo, por ejemplo, estoy al tanto de que la hermana de una persona que trabaja en el mismo lugar que yo está con oxitocina y la epidural y que aún no tiene contracciones fuertes. Pero la culpa no es de internet ni de los móviles, sino de las personas que sienten la necesidad de compartir en grupos cada vez más amplios información que no debería trascender la esfera de lo privado. Y el problema está en que no existe lo privado porque somos una "colectividad enjambre" como dice Byung-Chul Han. El individuo se pierde en la masa de la red social y de la sociedad postcapitalista. Estamos tan aislados en nuestras islas desiertas tecnológicas que nos ilusionamos con la compañía fantasma del móvil.

Las distancias que regulaban la vida pública hace unos años, y que establecían ciertos niveles de respeto en la convivencia cotidiana, han sido eliminadas. También han desaparecido los filtros que la distancia y la falta de inmediatez nos permitían en los medios de comunicación clásicos, y ahora en el caos de la falta de reflexión y de la inmediatez absoluta cedemos al impulso de contestar, postear y clicar sin pensar y de forma muy impulsiva. Nos revelamos al medio digital al desnudo y por eso surgen esos fenómenos virales horrendos que desvelan que no estamos tan civilizados como creíamos.

"A diferencia de la masa clásica, el enjambre digital consta de individuos aislados, carece de alma, de un nosotros capaz de una acción común, de andar en una dirección o de manifestarse en una voz. La hipercomunicación digital destruye el silencio que necesita el alma para reflexionar y para ser ella misma. Se percibe solo ruido, sin sentido, sin coherencia. Todo ello impide la formación de un contrapoder que pudiera cuestionar el orden establecido, que adquiere así rasgos totalitarios (...) creemos que vivimos en plena libertad, pero en realidad estamos más controlados que nunca. También hay espacio para la crítica hacia los efectos negativos que se producen debido a la elevada dependencia de la tecnología, como cuando afirma que “lo enseñamos todo en Internet, y la autoexposición es más eficiente que la tortura a la hora de sacarnos información”.