martes, 19 de enero de 2021

Psicología del servilismo

 La noción de servilismo se asocia a lo servil: aquello propio de un siervo (un esclavo o alguien sometido). Una persona que acata órdenes sin realizar ningún tipo de reflexión o cuestionamiento por más que sean contrarias a sus deseos o intereses, o incluso si sus consecuencias son dañinas, está realizando un acto de servilismo. Hacer la pelota viene a ser lo mismo: el intentar agradar o adular a alguien para conseguir algún beneficio presente o futuro.



El servilismo se refiere a una tendencia desmedida a satisfacer a quien ocupa una posición de poder o se sitúa en un nivel superior en una escala jerárquica. El sujeto servil es lisonjero y no se atreve a expresar su punto de vista si es contrario al del poderoso ni se anima a defender los intereses de sus pares, aun poniendo en riesgo su integridad física, su moral y su ética y la de sus compañeros.

Es importante señalar que a grandes rasgos, las personas serviles, según Christopher Freiman (en su artículo “Why be inmoral?”, publicado en 2010), son aquellas que se caracterizan por ser individualistas y dispuestas a trasgredir la moral. Entre ellas podemos encontrar personas con muy bajo nivel intelectual y otros con gran inteligencia. Si nos adentramos desde el perfil psicológico, el servil sería una persona que tiene problemas en su autoestima e imagen, que probablemente ha tenido una historia marcada por el abuso y que tiene algún desajuste en su juicio de realidad e identidad del Yo, lo que manifiesta que estará dispuesto a lo que sea para satisfacer a su superior absoluto. Manifiestan en muchas ocasiones procesos de despersonalización lo que se manifiesta en acciones autoritarias, relaciones conflictivas y muchas veces centradas en prácticas marcadas por perjudicar a sus iguales.

Freiman afirma que los serviles inteligentes generalmente disponen todo para que su influencia sobre el poderoso no sea amenazada con la presencia de ideas y propuestas de otros. Hacen lo necesario para volver inaccesibles a sus "jefes" y lograr que toda comunicación con ellos pase por sus manos. 


Según la Sociología, las actitudes de complacencia de intereses del otro son condición para la cohesión grupal y/o colectiva. Sin embargo, la complacencia del otro olvidando el sí mismo (como es el caso del servil), son causa de la descomposición de los intereses y prioridades de un grupo y/o colectivo. 
En política se afirma que el servilismo es la principal motivación del autoritarismo y motor de la creación de relaciones conflictivas. Una persona servil se dedica a sobrevalorar las cualidades del poderoso y hacerlas valer aun sacrificando su integridad, o poniendo en riesgo la estabilidad del grupo o colectivo al que se pertenece.



Estudios de Psicología Política indican que las personas con comportamientos de servilismo son las más propensas al fanatismo. Su conducta, en representación del poderoso, es como si poseyera la verdad, tuviera todas las respuestas y no necesitara seguir buscándolas más allá del pensamiento de la persona con quien se es servil. En el contexto actual, se ha visto que las prácticas políticas y económicas, están siendo teñidas desde el servilismo y la corrupción, lo que en definitiva ha generado movimientos tecnócratas, serviles a los intereses de algunos por encima del de todos, buscando la satisfacción del modelo neoliberal, que va desmedro de lo social.




El sistema vertical y represivo es una parte más del sistema capitalista que no sobreviviría sin los esclavos felices e infelices, sin los sumisos, los alienados y los egoístas, dado que el sistema represivo juega un papel clave mediante la amenaza preventiva y la producción de miedo. Hoy en día constatamos que las democracias neoliberales ya no cumplen la función de limitar y regular al poder sino que, por el contrario, implican un retorno al absolutismo del “poder real”, encarnado actualmente por las corporaciones. Esta es producida por los medios de comunicación que instalan una cultura de masas.

La masa, modo social paradigmático tanto del nazismo como del neoliberalismo, constituye un dispositivo privilegiado para obtener la obediencia inconsciente. Por vía de la sugestión, la idealización, la fe ciega y la identificación la masa se somete inconscientemente al entramado de imposición, lo que lleva a reformular el carácter “voluntario” o consensuado de la servidumbre al poder exterior para situar en su lugar la obediencia inconsciente. No se trata de un consentimiento tácito, una aceptación resignada o pasividad ante la dominación, sino de un carácter compulsivo, activo y decidido de sumisión inconsciente.



El sujeto servil introyecta exigencias e imperativos ilimitados fundamentados en el empuje al consumo, que lo van conduciendo a una autoexplotación compulsiva. La obediencia inconsciente de la masa tiene como uno de sus fundamentos la ignorancia. Esto implica no querer escuchar, ver, ni saber y va de la mano de una promoción del narcisismo, una exacerbación de la imagen de sí cuya función es tapar la falta, promoviendo un individualismo descarnado que no se afecte por el lazo social. Encontramos con frecuencia creciente individuos que prefieren no saber, satisfaciéndose en la ignorancia y en la cobardía, el horror al saber en tanto podría conmocionar las creencias. Esta pasión por la ignorancia resulta funcional al capitalismo, constituyendo uno de los mayores obstáculos para transformar la posición del sujeto. Una subjetividad sometida al actual dispositivo del mercado, cruel e insaciable, creyéndose libre y ciudadana resulta en verdad una esclavitud en versión posmoderna.



Todo esto muestra la importancia de un análisis crítico del servilismo y la ignorancia impuestos. Una apuesta decidida y comprometida hacia una política de la fraternidad, la solidaridad, la preeminencia de la vida y el amor será el mejor antídoto contra la obediencia inconsciente, acrítica y sacrificial, nueva versión del servilismo en la época neoliberal.

En la vida es indispensable distinguir a los serviles, pues dificultan la actividad porque intentan a toda costa que la voluntad del poderoso sea la regla. Son los típicos compañeros de trabajo sin conciencia de clase, que van a lo suyo y que les parecen bien todas las ocurrencias absurdas del jefe inútil e inoperativo que sin doblar el lomo sólo exige más y más productividad sin mejorar las condiciones laborales. Esos pelotas que creen que van a heredar la empresa y que fiscalizan al compañero, que se chivan al jefe de las pequeñas disgresiones que los trabajadores se ven obligados a hacer para que la empresa y el trabajo no los asfixien. Hay que guardarse del servil, del pelota, porque aunque es un currito como los demás se siente protegido y de otra casta, se siente una prolongación del poderoso, intocable y vigilante. Y en todos los trabajos, grupos y comunidades hay unos cuantos. Son la gangrena que mata a la solidaridad y la conciencia de clase. Son los obreros que votan a la derecha.



https://definicion.de/servilismo/

https://lahora.gt/hemeroteca-lh/servilismo-y-autoestima/

https://www.elquintopoder.cl/politica/la-mirada-del-servil/

https://www.aporrea.org/actualidad/a259732.html

https://cronicon.net/wp/nueva-forma-del-servilismo-voluntario-la-obediencia-inconsciente/

lunes, 18 de enero de 2021

Lo difícil de ser vegetariana o vegana es la gente

Ser vegetariana o vegana no es un sacrificio, ni una moda ni una fase.

Es una forma de vivir con coherencia, con ética y con compasión. Compasión por los demás seres sintientes que habitan este planeta y que son explotados  y esclavizados brutalmente para que nosotros los animales humanos comamos sus cuerpos (carne, pescado) o sus productos (leche, huevos, cuero, etc...) innecesariamente. Y de paso, agotando los recursos del planeta, que ya está dando síntomas irrevocables de que está al borde del colapso.



Bueno, pues resulta que lo peor de ser una persona con conciencia es tener que aguantar los comentarios de mierda de la gente que sigue anteponiendo su paladar y su gula al sufrimiento de otros seres y al futuro del planeta. Nos tratan como a seres excéntricos e irracionales, con la condescendencia con que se trataría a un tonto o a un loco. 

El otro día se me dio una situación social en la que alguien enseñaba un jamón que le habían regalado. Para mí ver la pierna de un cerdo muerto es ver un trozo de cadáver descuartizado, la pata un animal que como un perro, un gato o un humano siente y padece y no merece morir. Me repugna y me horroriza de verdad, al igual que cuando paso por una carnicería o un pescadería y veo cadáveres o sus partes y huelo la muerte. Pues el regocijo y la alegría de todos los omnívoros ante el jamón me afectó, y sobre todo las bromas que hacían referencia al individuo muerto ("ese cerdo tuvo que estar bien a gusto", etc...) y dije finalmente que no me gustaba, que soy vegetariana (para qué decir vegana). 



Lo primero fue la incredulidad, "¿estás de broma o es en serio?" o sea, " no nos agues la fiesta que estamos aquí de coña hablando del jamón y de lo bueno que está y tú ahora sales con esas mierdas". Y entiendo las reticencias. Yo misma me mordí la lengua para no sacar el tema, por eso mismo, pero cuando ya el tema llegó a hacerme sentir mal decidí que no tenía por qué seguir callando para que los demás siguieran con sus bromas. 

Y tras la incredulidad llegaron las preguntas de mierda que todas conocemos: "¿y por qué?, ¿es más sano?, ¿y pescado comes?,  ¿y leche y huevos?, ¿y no lo echas de menos?, ¿y no te apetece un poco de jamón?", etc... Realmente las preguntas en sí no son tan molestas como el hecho inevitable de que no te dejen contestar ni razonar las respuestas. Son como un tiroteo a bocajarro, no dan tregua y no hay posibilidad de conciliación. Y acto seguido empiezan los comentarios despectivos y las bromas. Hay quien se calla y no dice nada, aunque sea por educación, y creo que es lo mínimo. Callarse y no juzgar o seguir con una broma que para mí es de mal gusto y cruel. La gente más osada e ignorante, los más insensibles, empiezan con los comentarios de tipo "pero si el tofu no sabe a nada", "donde esté una chuleta que se quite lo demás", "con lo bueno que está un quesito", etc... por no mencionar el cuestionamiento sobre tu estado de salud y tu buena nutrición.



La conclusión es que lamentablemente lo mejor es no decir nada para no aguantar tonterías, ir de tapadillo, como si estuvieras haciendo algo malo. Y cansa mucho. Pero cada vez somos más y no nos van a parar.


viernes, 15 de enero de 2021

Interser

 El monje zen vietnamita Thich Nhat Hanh es uno de los maestros espirituales más populares del mundo debido a su capacidad de expresar la sabiduría primordial de la tradición budista en términos sencillos, con los cuales cualquier persona se puede relacionar. 

Thich Nhat Hanh es también una importante voz en el movimiento ecológico y ha ideado un hermoso concepto que llama "interser" (el cual es también una orden monástica). Esto es una traducción del vietnamita Tiếp HiệnTiếp significa "estar en contacto con" y "continuar" y Hiện significa "comprender o hacer aquí y ahora". Ha sido traducido como "interser", y una definición poética, basada en el vietnamita, podría ser "actualizar o comprender en este presente momento nuestra relación con todos los seres". Describe la intercomunión de todos los seres sintientes, donde todos formamos parte del universo en mutua interdependencia.



Este concepto está inspirado en la noción de la "originación dependiente", "pratityasamputpada", que es uno de los pilares de la filosofía budista. La originación dependiente explica cómo, a partir de la ignorancia, se generan los diferentes vínculos (nidanas) que producen el sufrimiento y mantienen en marcha la ilusión de este mundo, la cual oculta la realidad del nirvana. Thich Nhat Hahn, sin embargo, hace énfasis en un "cosurgimiento interdependiente". La imagen que usa para expresar esto es la siguiente: "Tres cañas cortadas se pueden mantener paradas sólo apoyándose la una en la otra. Si quitas una, las otras dos se caerán".

Así explica Thich Naht Hahn, su concepto del "interser" a través de este poema:

Interser: si eres un poeta, verás claramente que hay una nube flotando en esta hoja de papel. Sin una nube, no habría lluvia; sin lluvia no podrían crecer los árboles; y sin árboles no podríamos hacer papel. Esa nube es esencial para que el papel exista. Si la nube no está ahí, el papel tampoco puede existir. Así que podemos decir que la nube y el papel "interson". 

"Interser" es una palabra que no está todavía en el diccionario, pero si combinamos el prefijo "inter" con el verbo "ser" tenemos un nuevo verbo, inter-ser. Sin una nube no tendríamos hoja de papel, por lo que podemos decir que "interson". 

Si miramos esta hoja de papel aún más profundamente, podemos ver la luz del sol en ella. Si la luz del sol no está ahí, el bosque no puede crecer. De hecho, nada puede crecer. Incluso nosotros no podemos crecer sin la luz del sol. Y así, sabemos que la luz del sol está también en la hoja de papel. La hoja de papel y la luz del sol inter-son. Y si continuamos mirando, podemos ver al leñador que cortó el árbol. Y vemos el trigo. Sabemos que el leñador que corto el árbol no puede existir sin su pan de cada día, y por lo tanto el trigo que se convirtió en su pan también está en la hoja de papel. Y así también su madre y su padre. Cuando miramos así nos damos cuenta de que sin todas estas cosas, la hoja de papel no puede existir.

Mirando aún con mayor profundidad, vemos que nosotros también estamos en ella. Esto no es difícil de ver, porque cuando miramos una hoja de papel, forma parte de nuestra percepción. Tu mente está aquí y la mía también. Así que podemos decir que todo está aquí en esta hoja de papel: el tiempo, el espacio, la tierra, la lluvia, los minerales de la tierra, el sol, la nube, el río, el calor. Todo coexiste con esta hoja de papel. Es por ello que creo que la palabra "interser" debería estar en el diccionario. “Ser” es interser. No puedes ser por ti mismo; tienes que interser con todas las demás cosas. Esta hoja de papel es, porque todo lo demás es.

Supongamos que tratamos de regresar uno de los elementos a su origen. Supongamos que regresamos la luz al sol. ¿Crees que esta hoja de papel sería posible? No, sin la luz de sol nada puede ser. Y si regresamos al leñador a su madre, tampoco tenemos papel. El hecho es que esta hoja esta hecha sólo de elementos que no son papel. Y si regresamos estos elementos a sus orígenes, no puede haber papel del todo. Sin los elementos que no son papel, como la mente, el leñador, la luz del sol, no habrá papel. Así de delgada como es, esta hoja de papel contiene todo el universo”.



Curiosamente, Carl Sagan expresó exactamente la misma idea, desde la perspectiva de la astrofísica. Según Sagan si queremos hacer un pastel de manzana de la nada primero debemos de inventar un universo. Los ingredientes del pastel de manzana nos remiten al campo, plantas, tierra, luz solar y elementos fabricados en los hornos de las estrellas y así sucesivamente. En un pastel de manzana está toda la historia del universo. 



La idea de "interser" de Thich Nhat Hahn ha sido discutida como un principio que podría transformar nuestra conciencia ecológica, ya que diversos pensadores coinciden en que el problema que subyace al descuido de nuestro planeta y la explotación insostenible de los recursos naturales es una sensación de separación: el hombre se experimenta como una conciencia individual separada de todos los demás seres vivos y siente poca compasión por todo los demás organismos (más allá del ocasional altruismo), incluyendo el mismo planeta. Esto tiene que ver con un profundo egoísmo y un sentido de superioridad, un rechazo a aceptar que nuestra vida depende de incontables factores los cuales no podemos controlar.




El paleontólogo Scott Sampson menciona el hecho de que estamos compuestos de miles de millones de bacterias y otros microorganismos, de tal manera que más de 90% de nuestros células no son propiamente humanas. Estas bacterias conforman una especie de órgano distribuido por todo el cuerpo que trabaja estrechamente con el sistema inmune, con el sistema metabólico e incluso con el sistema nervioso. Realmente somos una colección de seres que se perciben bajo un nodo central: el foco de la conciencia humana. Una conciencia que quizás pueda crecer y aprender a percibirse como el universo.

En este contexto de interconexión, donde la frase “Yo soy tú” tiene sentido, como describe este bello poema de Thich Nhat Hanh:

Tú eres yo, y yo soy tú.
¿No es evidente que nosotros “inter-somos”?
Tú cultivas la flor que hay en ti,
para que yo sea hermoso.
Yo transformo la basura que hay en mí,
para que tú no tengas que sufrir.
Yo te apoyo;
tú me apoyas.
Estoy en este mundo para ofrecerte paz;
tú estás en este mundo para traerme alegría.

 



https://pijamasurf.com/2016/10/el_precioso_concepto_del_quotinterserquot_del_maestro_budista_thich_naht_hanh/

https://interserediciones.com/que-significa-interser/