Rima LIII
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales,
jugando llamarán;
pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar;
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
esas... ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aun mas hermosas,
sus flores abrirán;
pero aquellas cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día...
esas... ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, de su profundo sueño
tal vez despertará;
pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate,
¡así no te querrán!
Las oscuras golondrinas vuelven cada año, hacen sus nidos en los mismos sitios, siguen siendo ellas mismas y quieren seguir siéndolo porque llevan miles de años poblando este planeta y formando parte de un paisaje que ha empezado a no contar con ellas.
Ahora los nidos de golondrinas molestan, son sucios y feos. Sobran y los destruyen, veo las fotos de los nidos destrozados con los polluelos muertos y los padres desconcertados buscando dónde anidar. Llevan siglos haciéndolo en los mismos sitios, con el tiempo han ido encontrando casas, se han adaptado a ellas, a la invasión de su territorio por parte de esos animales de dos patas destructivos y ambiciosos, han intentado compartir sus viviendas con las de los humanos, ellas estaban antes pero no se han quejado...
El clima ha cambiado, ellas llegan en las mismas fechas desde lugares lejanos, huyendo de climatologías hostiles, pero están desconcertadas... no es como siempre, hay cambios que no han conocido a través de siglos de migraciones...
¿Volverán las oscuras golondrinas?