miércoles, 27 de abril de 2016

Una tarde cenicienta y mustia

Es una tarde cenicienta y mustia,

  Es una tarde cenicienta y mustia,
destartalada, como el alma mía;
y es esta vieja angustia
que habita mi usual hipocondría.
    La causa de esta angustia no consigo
ni vagamente comprender siquiera;
pero recuerdo y, recordando, digo:
-Sí, yo era niño, y tú, mi compañera.
    Y no es verdad, dolor, yo te conozco,
tú eres nostalgia de la vida buena
y soledad de corazón sombrío,
de barco sin naufragio y sin estrella.
    Como perro olvidado que no tiene
huella ni olfato y yerra
por los caminos, sin camino
, como
el niño que en la noche de una fiesta
    se pierde entre el gentío
y el aire polvoriento y las candelas
chispeantes, atónito, y asombra
su corazón de música y de pena,
    así voy yo, borracho melancólico,
guitarrista lunático, poeta,
y pobre hombre en sueños,
siempre buscando a Dios entre la niebla.

                                   Antonio Machado

La melancolía acompaña al poeta desde la infancia, y en esa su melancolía se siente solo y olvidado como el perro abandonado y despreciado por todos vaga como una sombra huidiza, desorientado, mendigando un trozo de pan duro con que aliviar el hambre que le consume, buscando un rincón donde echarse a dormir extenuado fuera de la vista de los que lo odian y lo quieren echar de su humilde refugio improvisado.
Una persona melancólica es como un perro abandonado, nadie la quiere a su lado, inspira repugnancia, incomprensión, todos quieren echarla lejos por temor a que les ensucie o contagie. 
Que otros se encarguen del perro sucio y famélico, visión incómoda y desgarradora que nadie quiere tener en casa.
Que se lo lleven a la perrera, con sus semejantes, para que yo, sin ensuciarme las manos, me quede tranquilo, sin pensar en lo que pasa en esa perrera. Como en los manicomios a donde llevaban a los que hacían y decían cosas que molestaba oír  y ver y cuestionaban el orden imperante, locos o no.
El perro abandonado busca una mano amiga que lo acaricie como quien busca un dios. Una mano que lo consuele en su desfallecimiento, que lo acune en sus pesadillas, que le limpie las heridas, que le ofrezca un poco de comida, la que sea, pero ofrecida desde el amor y la compasión. No seguirá a cualquiera que le tire unas migajas porque sabe cuándo lo poco o mucho que le dan se lo han dado con amor de verdad.
A ese perro abandonado por la manada humana feliz y ciega a veces le cuesta confiar.
 Es posible que no llegue a hacerlo nunca si las heridas de su alma son profundas, porque a un ser que ha sufrido el rechazo y la traición de aquellos a quienes más amó, a veces el alma rota no vuelve a recomponérsele.
Será un alma con cicatrices profundas, dolorosas, que cuando haga frío sentirá que se le retuercen las fibras más profundas y tendrá que huir y esconderse en lugar seguro.
No es fácil querer a un perro abandonado, a un corazón sombrío, a un barco sin naufragio y sin estrella, a un alma destartalada.





martes, 26 de abril de 2016

Espíritu sin nombre, indefinible esencia

Rima V
Espíritu sin nombre, 

indefinible esencia, 

yo vivo con la vida  

sin formas de la idea.



Yo nado en el vacío, 

del sol tiemblo en la hoguera, 

palpito entre las sombras 
y floto con las nieblas.



Yo soy el fleco de oro 

de la lejana estrella, 

yo soy de la alta luna
la luz tibia y serena.



Yo soy la ardiente nube 

que en el ocaso ondea, 

yo soy del astro errante 
la luminosa estela.



Yo soy nieve en las cumbres, 

soy fuego en las arenas, 

azul onda en los mares, 
y espuma en las riberas.


En el laúd soy nota, 

perfume en la violeta, 

fugaz llama en las tumbas  
y en las ruinas yedra. 



Yo atrueno en el torrente 

y silbo en la centella, 

y ciego en el relámpago 
y rujo en la tormenta.







Yo río en los alcores, 

susurro en la alta yerba, 

suspiro en la onda pura 
y lloro en la hoja seca.



Yo ondulo con los átomos 

del humo que se eleva

y al cielo lento sube 
en espiral inmensa.



Yo en los dorados hilos

que los insectos cuelgan 

me mezco entre los árboles 
en la ardorosa siesta.


Yo corro tras las ninfas 

que en la corriente fresca 

del cristalino arroyo 
desnudas juguetean.





Yo en bosques de corales 

que alfombran blancas perlas, 

persigo en el océano
las náyades ligeras.



Yo en las cavernas cóncavas

do el sol nunca penetra, 

mezclándome a los gnomos 
contemplo sus riquezas.



Yo busco de los siglos 

las ya borradas huellas, 

y sé de esos imperios 
de que ni el nombre queda. 



Yo sigo en raudo vértigo 

los mundos que voltean, 

y mi pupila abarca
la creación entera.


Yo sé de esas regiones

a do un rumor no llega, 

y donde informes astros
de vida un soplo esperan.



Yo soy sobre el abismo 

el puente que atraviesa, 

yo soy la ignota escala 
que el cielo une a la tierra. 



Yo soy el invisible 

anillo que sujeta 

el mundo de la forma 
al mundo de la idea. 



Yo en fin soy ese espíritu,

desconocida esencia, 

perfume misterioso 
de que es vaso el poeta. 






GA Bécquer

"Recordemos hoy a Gustavo Adolfo, el de las rimas pobres, la asonancia indefinida y los cuatro verbos por cada adjetivo definidor. Alguien ha dicho con indudable acierto: «Bécquer, un acordeón tocado por un ángel». Conforme: el ángel de la verdadera poesía."
Antonio Machado, Juan de Mairena –XLIII. Sobre Bécquer–, 1936

"Hay una poesía magnífica y sonora; una poesía hija de la meditación y el arte, que se engalana con todas las pompas de la lengua que se mueve con una cadenciosa majestad, habla a la imaginación, completa sus cuadros y la conduce a su antojo por un sendero desconocido, seduciéndola con su armonía y su hermosura. Hay otra, natural, breve, seca, que brota del alma como una chispa eléctrica, que hiere el sentimiento con una palabra y huye; y desnuda de artificio, desembarazada dentro de una forma libre, despierta, con una que las toca, las mil ideas que duermen en el océano sin fondo de la fantasía. La primera tiene un valor dado: es la poesía de todo el mundo. La segunda carece de medida absoluta; adquiere las proporciones de la imaginación que impresiona: puede llamarse la poesía de los poetas. La primera es una melodía que nace, se desarrolla, acaba y se desvanece. La segunda es un acorde que se arranca de un arpa, y se quedan las cuerdas vibrando con un zumbido armonioso. Cuando se concluye aquélla, se dobla la hoja con una suave sonrisa de satisfacción. Cuando se acaba ésta, se inclina la frente cargada de pensamientos sin nombre. La una es el fruto divino de la unión del arte y de la fantasía. La otra es la centella inflamada que brota al choque del sentimiento y la pasión. Las poesías de este libro pertenecen al último de los dos géneros, porque son populares, y la poesía popular es la síntesis de la poesía."
Esto dijo el mismo Bécquer sobre su idea de la poesía en la reseña que hizo del libro de su amigo Augusto Ferrán "La soledad".

miércoles, 20 de abril de 2016

cendal flotante...

  Rima XV
Cendal flotante de leve bruma, 
rizada cinta de blanca espuma, 
rumor sonoro 
de arpa de oro, 
beso del aura, onda de luz: 
eso eres tú. 



Tú, sombra aérea, que cuantas veces 

voy a tocarte te desvaneces 

¡como la llama, como el sonido, 

como la niebla, como el gemido 

del lago azul! 



En mar sin playas onda sonante, 

en el vacío cometa errante, 

largo lamento 

del ronco viento, 

ansia perpetua de algo mejor, 
¡eso soy yo! 




Yo, que a tus ojos, en mi agonía, 

los ojos vuelvo de noche y día; 

yo, que incansable corro y demente 

¡tras una sombra, tras la hija ardiente 

de una visión!
G.A. Bécquer
Estos versos los he oído muchas veces repetidos como una burla por su ñoñería.
El poeta, perdido, sin rumbo,  persigue a su objeto deseado, etéreo,evanescente, envuelto en el misterio y en lo intangible. Es en este caso el amor romántico de un hombre por una mujer idealizada, pero a mí se me antoja también la búsqueda infructuosa y sin esperanzas del alma doliente. Ese anhelo apenas entrevisto tantas veces en una sonrisa, en un abrazo, en una mano tendida, en nada al final.
Todo queda en soledad, ese mar sin playas, esa ansia eterna de algo mejor.

lunes, 18 de abril de 2016

Fiestas pervertidas

"la fiesta es un exceso tolerado e incluso ordenado", "es la violación solemne de una prohibición"
S. Freud
Por lo que he visto, dos rasgos definen la fiesta a nivel antropológico:
1) La ruptura con lo cotidiano, es decir, los hábitos, la organización social y los tabúes. 
2) La liberación explosiva de los instintos, aspiraciones y sentimientos.
La idea de ruptura, de saltarse las normas es indisociable de la fiesta, como Freud decía. Hay autores muy reputados que defienden que la fiesta está casi indisolumente unida a lo sagrado, a la divinidad, al culto y no se podría entender el fenómeno de la fiesta sin las religiones.
Ejemplo ilustrativo de fiesta pervertida

En las sociedades industriales y consumistas se integran todas las manifestaciones de la vida colectiva en un circuito de producción/consumo y consecuentemente se deterioran las relaciones interpersonales. Y, si a veces se habla de "civilización del ocio", también en ella la fiesta queda atrapada en una organización y comercialización del tiempo libre que la priva de sus valores propios.Y ni siquiera la escasez de formas bajo las que parece sobrevivir esa imagen de la fiesta colectiva, se escurre de la dinámica de la sociedad de consumo, que la organiza y comercializa de acuerdo con su previsible rentabilidad.

Maltrato hasta la muerte de animales en fiestas

Partiendo de estas bases y sobre todo del último concepto que nos habla de una "perversión" (así lo llamo yo) de la fiesta en la sociedad de consumo, convertida por tanto en un bien que se vende y que pierde su esencia, quisiera abundar en el fenómeno de estas "fiestas pervertidas", convertidas en objetos de consumo y que como buenas fiestas siguen siendo canales para la liberación de los instintos de la muchedumbre alienada por esa misma sociedad neoliberal que la pone a su servicio con oscuros fines. Los elementos comunes y casi exclusivos de esas fiestas desvirtuadas son:
-El consumo excesivo y exagerado de alcohol como droga principal, haciendo de anestésico moral y desinhibidor de la conducta reprimida.
-La música rítmica a muy elevado volumen hasta que se convierte en una suerte de anulador sensorial que impide la comunicación entre personas y favorece la alienación.
-La concentración de muchas personas en lugares relativamente pequeños para favorecer el sentimiento de pertenencia y a la vez el de exclusión del aquellos que no se suman a la celebración.
-El desarrollo de conductas no permitidas en otras circunstancias, como maltrato de animales (corridas de toros, correbous, etc...), vestirse de forma pintoresca (trajes regionales, disfraces grotescos,...), la desinhibición sexual, conductas de riesgo ("balconing", "mamading"...) como sublimación de los bajos instintos.
Torturar y matar a un animal como fiesta, la perversión por antonomasia

Por tanto, la fiesta se convierte en un fenómeno decadente mercantilizado por agencias de viajes, medios de comunicación de masas y hosteleros, que se copia a sí misma para autocaricaturizarse , alejada de sus orígenes primigenios basados en la celebración de un ritual sagrado, que tenía un sentido ( señalar el inicio de la primavera, la recogida de la cosecha, etc...) y convertirse en un fenómeno masificado que no tiene sentido ni creatividad, utilizado para sublimar de forma más o menos insalubre las frustraciones de la vida en la sociedad de consumo.

jueves, 14 de abril de 2016

Norma Jean Baker y el Dr Greenson

 «Lo que ella posee, esa presencia, esa luminosidad, esa inteligencia deslumbrante, se perdería en un escenario. Es tan frágil y delicada que sólo puede captarlo una cámara. Es como el vuelo de un colibrí: sólo una cámara puede expresar su poesía».
Truman Capote


 La mítica estrella de cine Marilyn Monroe, de verdadero nombre Norma Jean Baker, tuvo una infancia trágica. Hija de un padre "desconocido", consumidor habitual de heroína y de una madre psicótica, hospitalizada toda su vida tras haber abandonado a Marilyn a los 15 días. Su abuela materna, en un acceso de locura intentó asfixiarla cuando era sólo un bebé. Vivió continuas entradas y salidas de diversos hogares de acogida y orfanatos, donde sufrió abusos sexuales. 
En su última sesión de fotos en 1962
Cuanto más se convertía en una sex-symbol, más intentaba no sucumbir a la imagen que proyectaba. Tal vez por eso en 1955 acudió al prestigioso Actor´s Studio neoyorquino para tomar clases con Lee Strasberg. Inducida por éste estudió el psicoanálisis con la finalidad de conocerse más a sí misma y hacer aflorar su potencial interpretativo. El conocido como “método Strasberg”, basado en las teorías del ruso Stanislawsky, estimulaba a los actores a indagar en sus propias vivencias emocionales para elaborar sus interpretaciones. Esto hacía que la iniciación del psicoanálisis personal se convirtiese en un paso casi inevitable para cualquier actor o actriz que intentase alcanzar el éxito.
 Sabemos por uno de sus principales biógrafos que Marilyn pasó por las manos sucesivas de tres psicoanalistas, Margaret Hohenberg, Mariane Kriss y Ralph Greenson. Incluso durante un corto periodo de tiempo, mientras rodaba en Londres junto a Laurence Olivier la película El príncipe y la corista, llegó a ser acompañada por la mismísima Anna Freud, la hija del padre del psicoanálisis.
Pese a sus esfuerzos por no destacar sólo por su faceta de "rubia explosiva", seguía siendo el objeto preferido de la prensa por este motivo; pero también ello le resultaba frustrante. Algunas de sus respuestas de entonces se convirtieron en célebres, como cuando aseguró que no usaba ropa interior o que para dormir sólo se ponía Chanel nº 5. Así es que, inconscientemente o no, la propia Marilyn terminaba contribuyendo a consolidar la percepción que de ella tenía la gente.
Norma Jean a los 20 años
Su vida fue precipitándose rápidamente en el vacío de la soledad y el desamor hacia la adicción a los fármacos y al alcohol, que la pusieron al borde de la muerte varias vecesSu controvertido psicoanalista durante los dos últimos años de vida, el Dr. Greenson decía de ella: "aunque tiene el aspecto de una toxicómana, no encaja en esta categoría". A veces Marilyn dejaba de tomar drogas, sin por ello presentar síntomas de padecer el síndrome de abstinencia. Greenson intentó apartarla totalmente de ellas, aunque con caprichosas contradicciones. Por ejemplo, un día, Marilyn le hizo ir al Hotel Beverly Hills para que le administrase una inyección intravenosa de barbitúricos para paliar su insomnio. Greenson, después, declaró: "Le dije que todo lo que ya se había tomado bastaba para tumbar a media docena de personas y que, si no dormía, era porque tenía miedo de sus sueños".

 El tema del insomnio de Marilyn y de su dependencia a los hipnóticos fue crucial en su padecimiento: «Anoche volví a pasar despierta toda la noche. A veces me pregunto para qué sirve el tiempo nocturno. Casi no existe para mí, todo me parece un largo y horrible día».
En los años 50 y 60, el consumo de los nuevos fármacos psicotrópicos ( barbitúrucos y anfetaminas), sobre los cuales había poca experiencia, se veía en los medios artísticos de Hollywood con gran tolerancia, y era relativamente habitual su uso abusivo, de modo que los actores solían recurrir a los barbitúricos para dormir, a las anfetaminas para mantenerse despiertos o a los narcóticos para relajarse. Teniendo esto presente, parece razonable pensar que barbitúricos y sedativos hayan sido responsables, en gran medida, de los legendarios atrasos de Marilyn en los rodajes y de sus déficits de memoria a la hora de memorizar sus papeles.
Marilyn también mostraba una conducta sexual compulsiva que según su analista era la expresión de un grave malestar afectivo. "Embellecer su cuerpo es, para ella, el principal medio de adquirir una cierta estabilidad y dar sentido a su vida. Cuando se siente víctima de la angustia asume su papel de huérfana, Esta mujer de 34 años sigue funcionando con la idea de que continúa siendo una niña indefensa". 
última sesión

El 20 de enero de 1961 Marilyn Monroe se divorció del escritor Arthur Miller. En el mes de febrero ingresó en la clínica psiquiátrica Payne Whitney. Su delicado estado de salud le impidió trabajar el resto del año. En 1962, Monroe regresó a la actuación protagonizando, junto a Dean Martin, la película Something's Got to Give, película que no llegó a terminar. La 20th Century Fox confiaba en este proyecto para sanear su economía, ya que la empresa amenazaba quebrar, debido a los desmesurados gastos que le generó la película Cleopatra. El 9 de mayo del mismo año tuvo lugar, en Nueva York, la gala por el cumpleaños del entonces presidente estadounidense John F. Kennedy, en la que Monroe le cantó el "Happy Birthday". Para acudir a esta gala, la actriz se ausentó durante siete días del rodaje. Por sus retrasos y repentinas ausencias del rodaje, fue despedida. La Fox intentó completar la película utilizando a otra actriz, pero Dean Martin se opuso, por lo que a la cinematográfica no le quedó más remedio que readmitirla. En junio del mismo año, realizó la que sería su última y más recordada sesión fotográfica titulada póstumamente "The last sitting", programada originalmente por la revista estadounidense Vogue y retratada por el fotógrafo Bert Stern.

En la fiesta de cumpleaños de Kennedy
En estos momentos de gean inestabilidad y fragilidad emocional Greenson trata de reparar la falta de vínculos familiares y de amor materno que padecía Marilyn. Sin embargo, inspirado por la ambición de convertirse en el que ha curado a la actriz más célebre del momento (aunque también por intereses económicos), su comportamiento choca gravemente con la neutralidad y con la deontología de su profesión. Esta influencia suscita hostilidad en Hollywood. "Se ha convertido para él en una inversión, y no sólo financiera. No sólo se ocupa de ella, sino que fabrica su enfermedad, que sea considerada como una desamparada. Hay algo siniestro en este psicoanalista que ejerce una mala influencia sobre ella", denunciaba el realizador Walter Bernstein.

A través de esta estrategia más que discutible, que él bautizó como  “terapia de adopción”, transformó su propia familia en una familia adoptiva para Marilyn,abriendo las puertas de su casa,  llegando a proporcionarle una cama disponible, y hasta se dice que tenía su propia botella de champán en la nevera de los Greenson. Así le proporcionaba una especie  de substituto para las carencias que había sufrido en relación con sus figuras parentales, autorizándole para que le telefonease a cualquier hora, cualquier dia,  incluso los festivos, participando personalmente en las negociaciones con las productoras sobre las condiciones de los contratos, interfiriendo de forma directa en sus amistades, sus relaciones amorosas,  y recomendando la venta de la casa que ella poseía y la compra de una más próxima a la suya. La atención a la estrella se fue tornando cada vez más intensa y caótica, generando una dependencia enfermiza y que se alejaba de todo objetivo terapéutico.

última sesión de fotos en 1962
Durante los últimos meses, esta relación cambia. El propio Greenson le confiesa a Anna Freud: "Se ha convertido en una mujer paranoide y muy enferma. Puede usted imaginar lo difícil que es tratar a una actriz de Hollywood, a alguien que se encuentra completamente sola en el mundo, pero que, al mismo tiempo, es una gran celebridad".
Marilyn y aquel al que ella llama su "salvador" entran juntos entonces en lo que en psicopatología se llama una "locura compartida". Intercambian sus ideales y cada cual asume los síntomas del otro. Pero, tras dos años de una enorme atención a la estrella, Greenson se cansa y se marcha a Europa sin previo aviso mediando tan sólo  una conversación telefónica.
Marilyn se sintió abandonada de nuevo. Murió dos meses después, de una sobresdosis de barbitúricos y alcohol. El suicidio se ha barajado como la causa más probable, aunque nunca se han llegado a esclarecer resolver satisfactoriamente las verdaderas causas de su repentina y misteriosa muerte. Greenson no mató a su paciente, pero tampoco impidió su muerte.
Spoto, uno de los principales biógrafos de la actriz, excluye taxativamente la hipótesis del suicidio (que es la que se deduce del informe de la autopsia y del certificado de defunción) y se inclina por un fallo de comunicación entre el psiquiatra y el médico internista que trataban a la actriz. Al parecer, ambos prescribían regularmente barbitúricos, además de otros fármacos sedantes, sin establecer la necesaria coordinación entre ellos. 
Marilyn, Norma Jean, vivió y murió en el abandono.
A los 20 años

sábado, 9 de abril de 2016

Personas tóxicas

 "...personas problemáticas. Jefes autoritarios y descalificadores, vecinos quejosos, compañeros de trabajo o estudio envidiosos, parientes que siempre nos echan la culpa de todo, hombres y mujeres arrogantes, irascibles o mentirosos… Todas estas personas «tóxicas» nos producen malestar, pero algunas pueden arruinarnos la vida, destruir nuestros sueños o alejarnos de nuestras metas." Así los definen en las reseñas del best-seller famoso.

Es cierto que existen todo este tipo de personajes que pueden complicarnos la vida cuando tropezamos con ellos, y que a nadie le gusta tener que "soportarlos".
Sin embargo da la impresión de que el término más o menos afortunado de "personas tóxicas" se ha extendido y se ha empezado a usar con bastante indiscriminación. Ahora cualquier persona que esté de mal humor, que sea inconformista, esté deprimida o que no esté permanentemente sonriendo y alabando al prójimo corre el riesgo de ser tachada de "persona tóxica".
Aparte de que el término se usa de forma abusiva y con excesiva prodigalidad, tengo mis propias reservas sobre el mismo. Los personajes amargados, desagradables, envidiosos y frustrados que integran la caterva de seres humanos tóxicos y que al parecer merecen ser apartados de la sociedad "no tóxica" muchas veces no son malvados vampiros que se alimentan de la positividad de los demás por afición y amor al arte. Algunos sí merecen ser calificados de "psicópatas", es decir de personas que carecen de empatía y que no son capaces de sentir compasión ante el sufrimiento ajeno. Hay psicópatas cotidianos entre nosotros, y no hace falta remontarse al asesino en serie, pero la mayoría de las llamadas personas tóxicas son personas "normales"; de hecho me atrevo a decir que las llamadas personas "normales" son tóxicas al menos unas cien veces al día. 

Porque es normal y es humano sentir envidia alguna vez, quejarse, estar de mal humor, enfadado... ¿o acaso la naturaleza humana consiste en permanecer impasible ante lo que acontece a nuestro alrededor? ¿Ninguno de nosotros hemos necesitado el consuelo de un semejante porque nos hemos sentido abrumados por una situación que no podemos controlar? Pues entonces hemos sido tóxicos, hemos vampirizado al otro por contarle nuestras cuitas y nuestras penas, hemos pedido ayuda en momentos difíciles como buenos chantajistas emocionales, nos hemos sentido tristes y solos con nuestras miserias, envidiosos y viles gusanos, mientras otros disfrutaban de sus parejas y sus familias bien avenidas... 

Lo estoy llevando al extremo y lo sé, pero también es cierto que se tiende a llevar estas "filosofías" al otro extremo. Esas ideas simplistas y en realidad superficiales e insolidarias de "no aceptes en tu vida a quien no te haga bien", "aléjate de personas complicadas, mejorarás tu salud", "me niego a ser una persona tóxica no quiero andar por la vida quejándome y disconforme con todo, prefiero disfrutar más de la vida" (todo esto son ejemplos sacados tal cual de páginas de psicología positiva de internet) las que realmente intoxican a las personas y las relaciones que establecen entre sí, causando que ciertos individuos autojustifiquen sus tendencias egoístas y poco solidarias con los sentimientos y el sufrimiento de los demás. Dar un abrazo a un amigo que sufre, ayudar al que no tiene quien le tienda una mano, escuchar al que lo necesita son cosas que se están perdiendo en este mundo en el que ser humano es convertirse en algo tóxico, y en el que escudarse en el egoísmo es tener un erróneo y sobrevalorado concepto de autoestima.

martes, 5 de abril de 2016

Abril sonreía


Era una mañana y abril sonreía
Era una mañana y abril sonreía. 
Frente al horizonte dorado moría 
la luna, muy blanca y opaca; tras ella, 
cual tenue ligera quimera, corría 
la nube que apenas enturbia una estrella. 
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Como sonreía la rosa mañana 

al sol del Oriente abrí mi ventana; 

y en mi triste alcoba penetró el Oriente 

en canto de alondras, en risa de fuente 

y en suave perfume de flora temprana. 

               Fue una clara tarde de melancolía. 


Abril sonreía. Yo abrí las ventanas 

de mi casa al viento... El viento traía 

perfume de rosas, dolor de campanas... 

Doblar de campanas lejanas, llorosas, 


suave de rosas aromado aliento ... 

... ¿Dónde están los huertos floridos de rosas? 

¿Qué dicen las dulces campanas al viento? 

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Pregunté a la tarde de abril que moría: 

¿Al fin la alegría se acerca a mi casa? 

La tarde de abril sonrió: La alegría 

pasó por tu puerta —y luego, sombría: 

Pasó por tu puerta. Dos veces no pasa.
Antonio Machado, "Soledades", XLIII




Iluso el poeta se pregunta cuándo llegará la alegría a su casa, Ni las brisas de abril ni el canto de la alondra son presagios de bienaventuranza. La tristeza avanza inexorable cuando su hora llega, y sus semillas arraigan fuerte en cualquier tierra, cuanto más pobre y baldía mejor.