miércoles, 11 de noviembre de 2015

Zombis

Hace poco, comentando con una amiga lo frecuentes que son ciertas conductas incívicas por nuestras calles, ella sostenía la hipótesis de que estas cosas no se hacen con maldad, sino que quienes tienden a obrar así lo hacen porque no se dan cuenta, que van por ahí sin ser conscientes de lo que hacen, "como zombis".
¿A qué "actitudes incívicas" me refiero? En definitiva, a todo lo que implique generar un trastorno o molestia al otro o al conjunto de la sociedad por falta de observación de normas mínimas de convivencia o de educación básicas, como ir en un transporte público con un móvil con música a todo volumen, conducir de forma agresiva, ir por la calle sin ceder el paso a quien va cargado con las bolsas de la compra,o conductas más graves como agresiones verbales o no ayudar a un amimal herido o abandonado.
Sobre lo que defiende mi amiga, que no hay un fondo de maldad en estas conductas, me temo que no puedo estar de acuerdo. Ojalá fuera tan optimista como ella. Maldad en el sentido estricto de intención directa de dañar al otro, tal vez no. Sólo tal vez. Pero se pone en evidencia algo para mí bastante grave, que es el ignorar las necesidades y los derechos del otro. Esto yo lo considero un tipo de maldad en tanto en cuanto se genera un perjuicio a otra persona o ser vivo por negligencia u omisión. Quizá el hecho de que la forma de vida que llevamos al servicio de un horario, detrás de una meta efímera que se nos escapa de las manos, de un tiempo que se va y que no vivimos nos impida detenernos en el momento en que estamos ahora mismo y mirar alrededor. Mirar alrededor para darnos cuenta de si estamos dando un codazo a alguien que va al lado en el autobús, de si tenemos la televisión a todo volumen y estamos impidiendo conciliar el sueño a un vecino que mañana tiene que madrugar, de si los gritos y las risas que estamos pegando a altas horas de la noche al pasarlo tan bien con nuestros amigos por la calle no pueden perturbar el descanso de alguien, tal vez un enfermo o un niño pequeño. Pero no somos zombis. No somos muertos vivientes; esa excusa no me sirve. Todos tenemos nuestras preocupaciones y eso no nos exonera de observar un respeto y una consideración por el otro. Estamos vivos, vivimos en el mundo, nos rodean seres vivos, y si no los consideramos y los tenemos en cuenta,  ¿en qué nos convertimos?
Si nuestras pequeñas y grandes miserias, que todos padecemos, sirven de excusa para hacernos incapaces de incluir al otro en nuestro universo, realmente no sé dónde está la grandeza del ser humano (en la que no creo, por cierto).
Estamos perpetuando una sociedad inhumana que hasta en los más pequeños detalles se hunde,y no me queda más remedio que pensar que sí que hay cierta maldad en este tipo de comportamientos, como reflejo de una forma de vida basada en la muerte de la humanidad, entendida "humanidad" como la cualidad supuestamente inherente al Homo sapiens de tener al otro en cuenta y respetarlo.
Una sociedad zombi...¿muerta?

2 comentarios:

  1. Gracias por este blog de refexión sobre la soledad.
    Cierto que podemos observar y sufrir comportamientos incívicos , a veces nosotros mismos somos esos "incívicos " todo depende de donde ponemos la barra a qué altura la fijamos y donde se situan nuestras exigencias al respecto.
    No sé si la ignorancia , el no altruismo es el principio de la maldad, dejo esa cuestiòn a filósofos. Lo que sí sé por experiencia es que también se observan y viven comportamientos altruistas y bondadosos(palabra que cae en desuso ) llenos de solidaridad.
    Todo depende del color del prisma con que se mira la vida.
    ¿Y si nosotros fuéramos los que se comportan de manera cívica para embellecer y mejorar la vida de otros?

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    1. gracias por tu comentario y tu reflexión! es cieto lo que dices, y yo creo que está en cada uno de nosotros comportarnos de fromaa solidaria o seguir los patrones de una forma de vivir insolidaria y alienante.

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