lunes, 15 de abril de 2019

El origen pagano de la Semana Santa

Diosa Astarté
Sabemos que muchas de las tradiciones de la religión católica son de origen pagano. Esto es debido a que en la época en que la religión católica se encontraba en auge era necesario hacer la conversión de muchas personas que profesaban religiones de diferentes orígenes, tomando elementos de festividades ya existentes en religiones y culturas preexistentes. 
Un ejemplo de ello es el origen de la Navidad, Natividad o el Nacimiento de Jesús que fue ajustado para coincidir con las fechas de celebración de Saturnalia, donde además se utiliza el famoso árbol de Navidad, que fue tomado del Árbol de la vida llamado Yggdrasil de la Mitología Nórdica.
La semana santa no cae siempre en la misma fecha, se elige como domingo de resurrección el primer domingo después de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera, una fecha muy importante para muchas religiones paganas y la luna, que puede estar relacionado con las celebraciones paganas en honor a la Diosa Ostara, o diosa de la primavera. De hecho es común en muchos países hacer la celebración de las Pascuas, que tiene origen Judío, que esta celebración incluya los huevos de Pascua y el conejo de pascua lo que es interesante, ya que el conejo es un animal que siempre ha acompañado a la Diosa Ostara en sus representaciones.

Diosa Celta Ostara


El equinoccio de primavera marca simbólicamente la entrada de una nueva estación y en las sociedades agrícolas el comienzo de la temporada de siembra. Esta era una fecha importante por lo tanto para estas sociedades, y no es extraño que muchos calendarios la contemplen como un acontecimiento importante, una festividad, o incluso como el comienzo del año. Esto pasaba con los calendarios chino y romano, que celebraban en estas fechas fiestas agrícolas. También sucedía con el calendario hebreo, aunque este pueblo paso de celebrar una fiesta agrícola a conmemorar la salida de Egipto en el mes que comenzaba  la primavera. Si añadimos a esta asimilación de las fiestas de la siembra y la primavera el que los carnavales tienen su origen en estas mismas sociedades, la historia que nos cuenta es la de la cristianización de unas ceremonias paganas.Hay muchos vínculos por tanto entre las celebraciones de la Semana Santa y los ritos ancestrales de fecundidad y de cambio de ciclo.

El origen de los carnavales parece estar en una  celebración babilónica en la que se nombraba rey a un reo por un día. El protagonista gobernaba durante todo el día como si fuera el autentico rey, se le concedían todos los caprichos, y al acabar este periodo se le ejecutaba. Todavía en muchos lugares se quema a un pelele con corona para finalizar los carnavales, y en otros lugares se produce el llamado “entierro de la sardina” para cerrar estas fiestas. La fiesta babilónica pasó a celebrarse también por los griegos y romanos. Estos últimos lo llamaban bacanales y la celebraban el 17 de marzo (con el comienzo de la primavera). Eran fiestas en las que se bebía sin medida y se daba, parece ser, rienda suelta a los placeres carnales. Este fue el origen de los carnavales que se celebraban en la edad media.
Saturnales romanas
El origen de la palabra “Pascua” es de origen judío, fiesta ordenada por Jehová (Lev. 23: 27-44) como Sábado de Expiaciones en recuerdo a la salida de Israel de Egipto. En las regiones Nórdicas de Europa, así como también en los Estados Unidos y Canadá, el Domingo de Pascua es celebrado como ya se ha mencionado con varias costumbres que provienen de Babilonia, tales como el pintar huevos de diferentes colores, éstos se esconden y los niños los buscan para comerlos.
Según un mito Babilonio, había un huevo de gran tamaño que había caído desde el cielo al río Eufrates. De este maravilloso huevo fue engendrada la diosa Astarté. Por esto el símbolo del huevo llegó a ser asociado con esta diosa. Los antiguos druidas portaban un huevo como emblema sagrado de su fe. La procesión de Ceres, en Roma, era precedida por un huevo y en los misterios de Baco se consagraba un huevo como parte de la ceremonia festiva. En China, hasta nuestros días, se siguen usando huevos de colores en su festival sagrado. En el Japón, una vieja costumbre consiste en colorear los huevos sagrados de forma muy brillante. En la Europa del Norte, en tiempos paganos, los huevos eran usados como un símbolo de la Diosa. 

La Semana Santa o Pascua Cristiana fue establecida de forma oficial por la Iglesia Católica en el I Concilio de Nicea, en el año 325. Desde entonces la Cristiandad conmemora la muerte de Cristo y su resurrección al tercer día después de muerto. Sin embargo, la Iglesia de Roma nunca dijo nada de que se sacasen imágenes de Cristo a las calles durante esos días. Se celebra en la semana de la pascua Judía. Podemos decir que en la biblia no existe ninguna referencia sobre la celebración de la semana santa y que ésta es un invento de la iglesia católica del siglo V.
Procesiones en honor de Isis
Otra de las tradiciones más arraigadas por la religión católica es la de las procesiones. Mucho antes del cristianismo existieron rituales similares, un ejemplo son las llamadas “pompas” de origen griego en la que comitivas de bailarines músicos y carros se organizaban para adorar divinidades paganas. Grupos de personas desfilan desde un lugar a otro, normalmente templos religiosos, para conmemorar un hecho divino o para rogar a Dios algo. Los cristianos de todo el mundo celebraron procesiones desde el siglo I d.C. si bien, al principio eran secretas e incluso con estilo militar para evitar las persecuciones a las que los sometían los romanos. Desde la Edad Media (siglos XII y XIII) se celebraban en muchas localidades de la Península procesiones religiosas durante los días de Semana Santa. Era, como lo es hoy, una manifestación pública de religiosidad, igual que las muchas que se celebraban a lo largo del año en toda la Cristiandad. Se potenciaron y favorecieron las expresiones colectivas de religiosidad. Se incitaba a los fieles laicos a formar asociaciones religiosas llamadas cofradías y a salir a las calles a expresar su fervor religioso. Es decir, justo lo contrario de lo que había propuesto Lutero. La Semana Santa y el Corpus se convirtieron en las mejores ocasiones para esas manifestaciones de fervor religioso compartido. Con ellas se demostraba el triunfo de la Iglesia Católica frente a los protestantes.
Goya



Fuentes:



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