martes, 11 de mayo de 2021

La vocación es una mentira

 En el sentido etimológico, la vocación es un llamado (del latín vocatio, sobre vocātus, participio del verbo vocāre, por «llamar», y el sufijo -ción, al respecto de -io, como agente de acción y efecto).​ Durante mucho tiempo ha designado el llamado a participar de la vida consagrada (sacerdocio, monacato, etc.). El concepto tiene sus raíces en la Biblia y se correlaciona con el tema de la escucha. Hoy esta palabra se usa en un sentido más amplio para designar la llamada que las personas pueden sentir por una misión particular: humanitaria, profesional, espiritual, científica, etc.



El ser humano, al vivir en comunidad y no ser un ente aislado a sus circunstancias, se determina por el medio en el que vive, por lo que esto es una condición importante en el momento de comprender y seguir una vocación. Desde la psicología, existen diversas teorías sobre cómo se desarrolla o se orienta una persona hacia una u otra elección de carrera o empleo.La vocación profesional es un llamado que parte desde quiénes somos, qué queremos entregar al mundo y cómo nuestras propias experiencias y habilidades nos permiten llegar a eso.

Desde el establecimiento de la orientación vocacional en 1908 por parte del ingeniero Frank Parsons, el uso del término «vocación» ha evolucionado. Se lo define como "el deseo de emprender una carrera, una profesión o cualquier otra ocupación o actividad cuando todavía no se han adquirido todas las aptitudes o conocimientos necesarios".


Existen enfoques o modelos de orientación vocacional que asumen los principios y conceptos de la psicología de los rasgos psicológicos, de la psicología fenomenológica, de la psicología cognitiva o del psicoanálisis entre los principales. Estas teorías simplifican la comprensión y construcción de la vocación a elementos simples y con base éstos formulan soluciones también simples. Esta concepción simplificadora de la subjetividad humana se expresa en aquellas concepciones positivistas, funcionalistas o estructuralistas de la orientación vocacional.

Hay quien defiende que hoy en día la orientación vocacional es más un negocio que una actividad educativa. Esta se reduce a la aplicación de pruebas vocacionales (inventario de intereses y tests de capacidades diferenciales), lo cual es una simplificación de la concepción del ser humano, de su subjetividad y personalidad. 



La orientación vocacional simplificada a la información profesional concibe al ser humano como un conjunto de habilidades o competencias profesionales. En este marco, no importan sus emociones, valores, sentido de vida, su identidad y su realización personal. Sólo importa adiestrar las habilidades que le permitan ajustarse al medio ambiente, es decir para desempeñarse y adaptarse al mercado laboral. Este mercado va dirigido a mejorar y engrandecer los réditos de las empresas, que para desarrollarse requieren habilidades efectivas más que la realización personal de los trabajadores. Para las empresas la realidad se reduce al mercado, todo es mercancía, cualquier cosa o actividad debe ser eficiente y debe generar ganancias. En esta dirección, la orientación vocacional está pensada en función de las empresas y no en el desarrollo personal ni en la satisfacción vocacional de los trabajadores profesionales.

Es necesario redefinir y comprender la vocación no como un elemento simple y manipulable por el mercado, no como una inclinación o habilidad profesional, sino como una formación psicológica que expresa la orientación del sujeto a realizar una obra específica en la realidad. En esta dirección, la profesión no es el objetivo, sino el medio que ayuda a realizar esta obra que marca el significado que tiene la vida de la persona en la comunidad.


Desde pequeños nos preguntan qué queremos ser de mayores, pero en realidad lo que nos preguntan es en qué queremos trabajar y cómo vamos a ganarnos la vida. Por tanto en este contexto social la vocación no es una respuesta a una "llamada interna" del sentido de identidad y del sistema de valores del individuo, sino a las necesidades del mercado laboral y de entrar en el mismo y ser una persona productiva. Así entramos desde niños en la rueda de cosificarnos, de mercantilizarnos, de vender nuestro tiempo y nuestras esperanzas al mercado. No importa que quieras ser artista, que tus valores sean los de cuidar la naturaleza y la vida, sino que eso encaje en una carrera profesional de la que puedas vivir. Por tanto, la vocación es algo que se construye desde la sociedad capitalista como la  profesión que vas a elegir para pagar las facturas que te permitirán estar en el sistema. Muchas veces la carrera elegida es el mal menor, la que reusulta menos desagradable o simplemente la que tenemos la oportunidad de coger (porque no todos tienen las posibilidades de acceder a todas las profesiones).

Nos dicen que "la profesionalidad no es suficiente cuando no existe pasión, compromiso y curiosidad" y que esto depende de la vocación, como si la llamada vocación pudiera superar los contratos precarios, los sueldos miserables y el hastío de la sobrecarga y las tareas rutinarias mágicamente. Con la excusa de la vocación queremos tapar las carencias del sistema, justificar las perversiones del mismo, hacer que los llamados a ejercer esa carrera se resignen a las malas condiciones de trabajo. Y eso no es vocación es sobreadaptación al sistema. Ahí no hay llamadas ni respuestas a las necesidades de realización del ser humano, sino todo lo contrario. Es una llamada a matar lo que nos hace humanos y a agachar la cabeza. 

 


https://es.wikipedia.org/wiki/Vocaci%C3%B3n

https://es.wikipedia.org/wiki/Orientaci%C3%B3n_vocacional

https://www.universia.net/es/actualidad/orientacion-academica/vocacion-profesional-concepto-e-importancia-cifras-1164809.html

http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2223-30322016000100004#:~:text=Para%20la%20Psicolog%C3%ADa%20y%20las,una%20Carrera%20o%20profesi%C3%B3n%20determinada.&text=Desde%20esta%20perspectiva%2C%20la%20vocaci%C3%B3n,la%20inclinaci%C3%B3n%20hacia%20una%20profesi%C3%B3n.

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