lunes, 23 de mayo de 2016

Ariadna en Naxos

El mito de Ariadna en el laberinto del Minotauro es muy conocido en la cultura popular. Casi todos tenemos en mente cómo la princesa cretense, hija de Minos y Pasífae, ayudó a Teseo, el héroe ateniense, a escapar del laberinto con un ovillo de hilo. 
En la mitología griega, Ariadna ("la más pura") era la hija de los reyes de Creta, que a cambio de la paz exigían a los atenienses que debían enviar siete hombres jóvenes y siete doncellas cada año para alimentar al Minotauro. Un año, Teseo, hijo de Egeo, rey de Atenas, marchó voluntario con los jóvenes para liberar a su pueblo del tributo. Ariadna ayudó a Teseo a cambio de que la llevase a Atenas consigo y  se casara con ella.

Un hecho del que menos se habla y tal vez desconocido para la mayoría es el abandono posterior de Ariadna en la isla de Naxos por parte del héroe Teseo.

Cuando la  galera de Teseo llegaba a Atenas, se le olvidó, según lo que había acordado con su padre Egeo, poner velas blancas anunciando las buenas nuevas, por lo que Egeo, desde el punto más alto, vio que las velas que eran negras, con lo que se suicidó lanzándose al mar, el que desde ese momento fue llamado mar Egeo.  Teseo heredó así el trono de Atenas y años después se casó con una hermana de Ariadna, Fedra.

Las versiones de esta traición varían mucho y se han hecho un sinnúmero de hipótesis. Se ha dicho que Teseo dejó a Ariadna en la playa porque estaba enamorado de otra mujer, también que fue por orden de Dionisos que se le apareció en sueños y le ordenó abandonar a Ariadna, o que mientras ella se encontraba en la playa recuperándose de un mareo, él regresó al barco, y este zarpó impulsado por un misterioso viento. Diferentes versiones del mito afirman que Teseo abandonó a Ariadna porque se enamoró de una de las jóvenes que viajaban junto a ellos en el barco de regreso a Atenas, o que Artemisa intervino para obligarlo a huir de Naxos dejando atrás a Ariadna. En todo caso, Teseo se aleja de ella sin explicarle las razones de su marcha. La abandona a su suerte en una isla solitaria y no parece que haya muchas versiones del mito que hablen de que esta traición le cause remordimentos.
Tiziano
Sin embargo Ariadna es capaz de seguir un camino al menos más glorioso en Naxos del que habría seguido con Teseo en Atenas, pues se cuenta que Dionisos, enamorado de Ariadna, acude a su encuentro y se casa con ella, pero Artemisa, celosa de la joven cretense, la mata, y en recuerdo de ella Zeus pone su corona en el cielo; es por eso que hay una constelación llamada «la corona de Ariadna». Una segunda versión del mito, recogida entre otros por Hesíodo, afirma que «la boda de Dionisos con Ariadna hace que Zeus le conceda la inmortalidad». Según otra versión de este relato mitológico, Ariadna muere poco después de su boda con Dionisos, pero el desconsuelo de éste es tan grande que Zeus intercede para que el dios descienda al mundo subterráneo y rescate a su esposa, que recibe así el don de la inmortalidad.
Parece que Ariadna es una heroína atípica, pues es capaz de desafiar a sus propios antepasados y dar los medios al enemigo para derrotar al Minotauro. Cuando es abandonada por Teseo no se amilana y se las arregla para sobrevivir en Naxos e incluso para llegar a ser una diosa. Siempre en la mitología griega los dioses andan imponiendo su voluntad sobre la vida de los hombres y las mujeres, y no es menos en este caso, pero Ariadna deja al siempre recordado héroe  Teseo en un lugar muy pobre, hombre que sin su ayuda no habría matado al Minotauro, no habría escapado del Laberinto, ni de Creta, y que tuvo la cobardía de abandonar a quien le cedió toda su gloria a su suerte. 
La historia de una heroína no reconocida. Una entre tantas.




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