viernes, 6 de mayo de 2016

Me falla el llanto también...

Io sperai che a me la vita
Tronca avesse il mio spavento…
Ma la morte non m’aita…
Vivo ancor per mio tormento!
Da’ miei lumi cadde il velo…
Mi tradì la terra e il cielo!…
Vorrei pianger, ma non posso…
Ah, mi manca il pianto ancor!
             Lucia di Lammermoor, G. Donizetti
(yo esperaba que la vida / me sería arrancada por este este terror / pero la muerte no viene a ayudarme / ¡aún vivo, para mi tormento!/de mis ojos ha caído el velo/ me han traicionado la tierra y el cielo / quisiera llorar pero no puedo.../ ah, ¡también me falla el llanto! )

cuando el dolor es tan grande que el llanto no llega a aliviar con el rocío templado de sus leves gotas el corazón agotado,
cuando el peso de estar viva supera lo imaginable y la muerte se antoja como un sueño envolvente y amable que te abraza y acuna,
cuando la pena no tiene consuelo con palabras ni falsas promesas vacías que ya sabes que nunca se han cumplido ni se cumplirán
cuando la tristeza es tan tuya que se ha convertido en parte de tu sombra y nadie la ve, ni te ve, ni se alarma de verte muerta en vida
entonces ya no hay llanto, ni vida, ni dolor, ni ser. 
sólo hay pena y eres pena y no hay más.

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