martes, 6 de diciembre de 2016

Cioran. Aforismos.

“Si se me pidiese que resumiera lo más brevemente posible mi visión de las cosas, que la redujese a su mínima expresión, en lugar de palabras escribiría un signo de exclamación, un ! definitivo”.
Ese Maldito Yo (E.M. Cioran)

Filósofo y moralista de origen rumano (Rasinari, 1911-París, 1995) que escribió en lengua francesa, cuya obra nihilista e irónica es la de un pensador radicalmente pesimista que ha desarrollado una profunda reflexión en torno de la absurdidad y del vacío del hombre.
Criado desde su nacimiento en Rasinari (1911), pueblo olvidado de las profundidades de Transilvania, Cioran vive con horror el traslado a Bucarest para asistir al Liceo. Separado tan tempranamente de lo que él consideraba un “paraíso”, perdería para siempre la alegría de vivir, pues según cuenta esos fueron sus únicos años felices.  Tras cursar estudios de filosofía en Bucarest y escribir una tesis sobre el filósofo francés Henri Bergson, se trasladó a Francia. Tras elegir la condición de apátrida, residió en este país hasta su muerte

Cioran no se consideraba un filósofo en el sentido ortodoxo del término; ni siquiera escritor. Provocador a ultranza, este pensador rumano animó durante su vida innumerables controversias contra lo establecido, contra las ideas constituidas en norma o el dogmatismo. Fascinado por instaurar un pensamiento a contracorriente, en el cual el cinismo tiene un lugar preponderante, escribió su obra aforística sin concesión alguna. Entre Diógenes de Sinope «el Cínico» y Epicuro de Samos, funda una filosofía, en el siglo XX, afín a la de esos filósofos helénicos, en la que la amargura era sublimada por la ironía.
Preocupado por los problemas de la muerte y el sufrimiento, se sintió atraído por la idea del suicidio, creyendo que era una idea que podría ayudarlo una sola vez en la vida, una idea que él explora totalmente En las alturas de la desesperación y en Nuevos dioses, que contiene una sección de aforismos dedicados al suicidio.
Su incapacidad para dedicar su tiempo a una actividad seria y productiva proviene de esta sensación de tedio que inundó toda su vida. A pesar de haber vivido intensamente, no pudo integrarse en la existencia.  El saber que su existencia fue solo un accidente, y que su nacimiento debería haber sido evitado hicieron que perdiera el interés por cualquier cosa. Cualquier acción es una “idiotez” en todo su sentido, si al final del camino no queda más que una fría sepultura. Caminar por cierto cementerio fue lo que lo condujo a pensar que tanto los hombres lúcidos como los ignorantes llegan a la misma meta y reciben el mismo premio, de manera que vio ratificadas sus inquietudes respecto a emplear la vida para cualquier fin.




Desprecia trabajar, tomar posiciones, tener que explicarse cuando se contradice y conceder entrevistas. No le gusta hacer planes (ya que todos son inútiles), desprecia a la mayoría de la gente (“¡el hombre debe desaparecer!”), y sobre todo a aquellos que son incapaces de apreciar un buen libro o una gran composición musical. Odia la idea de haber tenido que vivir, y declara abiertamente todo lo que le deben en gratitud sus hijos no-natos. Para Cioran, morir es simplemente cambiar de género, pero sin embargo el suicidio no supone ninguna opción para él, porque "es la existencia del suicidio la que hace la vida posible"
 Las hojas que escribió están llenas de fuerza, de pasión, para activar a sus lectores, para “hacer despertar”. Sus libros son como látigos que ironizan la existencia, escritos con una fuerza que hace que nos demos cuenta de que realmente estamos vivos.



“A veces uno quisiera caníbal, no tanto por el placer de devorar a fulano o mengano como por el de vomitarlo.”

“Algunos tienen desgracias; otros, obsesiones. ¿Quienes son más dignos de lástima?”

“A medida que los años pasan, decrece el número de seres con quienes puede uno entenderse. Cuando no haya ya nadie a quien dirigirse, seremos al fin tal y como se era antes de sucumbir en un nombre.”

“Amor es ese afecto desengañado que sobrevive tras un instante de baba.”

“Aspirar, lo más profundo dentro de uno mismo, estar tan desposeído, ser tan lamentable como Dios.”

“Cada uno se agarra como puede a su mala estrella.”

“Cuando, furiosos por habernos habituado a nosotros mismos, empezamos a destetarnos, pronto nos damos cuenta que es peor, que odiarse refuerza aún más los lazos con uno mismo.”

“Cuando me paseaba, tarde, por el camino bordeado de árboles, una castaña cayó a mis pies. El ruido que hizo al estallar, el eco que suscitó en mí, y un temblor desproporcionado con respecto a ese ínfimo incidente, me sumergieron en el milagro, en la embriaguez de lo definitivo, como si no hubiera ya más preguntas, sino respuestas. Me sentía ebrio de mil evidencias inesperadas con las que no sabía qué hacer…”

“Cuando se ha salido del círculo de errores y de ilusiones en el interior del cual se desarrollan los actos, tomar posición es casi imposible. Se necesita un mínimo de estupidez para todo, para afirmar e incluso para negar.”

“Desde que estoy en el mundo”, ese desde me parece cargado de un significado tan espantoso, que se torna insoportable.”

“Deseo una destrucción completa de todo lo humano, incluidos ellos e incluido yo, ya que no soy especial ni mejor que ellos.”

“Dios: una enfermedad de la que imaginamos estar curados porque nadie se muere de ella hoy en día.”

“El budismo llama “mácula del espíritu”, a la cólera; el maniqueísmo, “raíz del árbol de muerte”. Lo sé. ¿Y de qué me sirve?.”

“El día que leí la lista de casi todas las palabras de que dispone el sánscrito para designar al absoluto, comprendí que me había equivocado de camino, de país, de idioma.”

“El hecho de que la vida no tenga ningún sentido es una razón para vivir, la única en realidad.”

“El escepticismo es la embriaguez del atolladero.”

“El futuro sólo se vuelve temible en cuanto uno no está seguro de poder matarse en el momento deseado.”

“El hombre despide un olor particular: de entre todos los animales sólo él apesta a cadáver.”

“El insomnio es una lucidez vertiginosa que convertiría el paraiso en un lugar de tortura.”

“El paraíso no era un lugar soportable, de lo contrario el primer hombre se hubiera adaptado a él; este mundo tampoco lo es, ya que en él se añora el paraíso o se da otro por seguro. ¿Qué hacer? ¿Dónde ir? No hagamos nada, no vayamos a ningún sitio, así, sin más.”


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