Un mundo participa a medias de los supuestos surrealistas y de la poética del realismo mágico, corriente difundida en el ensayo homónimo publicado por Franz Roh en 1925. Los personajes femeninos que pueblan la escena rodean los costados de un globo terráqueo que ha perdido su condición original para convertirse en una figura cúbica. En silenciosa procesión, estas mujeres de largos cabellos van iluminando las estrellas con el fuego previamente tomado del sol, mientras en uno de los ángulos del lienzo, otro conjunto de mujeres tocan instrumentos musicales".
Paloma Esteban Leal
No tenía formación pictórica. Y, sin embargo, de sus pinceles surgió este cuadro, en torno a la cual gravita el resto de su producción y que constituye el culmen de su renombre. De hecho, el cuadro está considerado por la crítica actual como uno de los primeros representantes del surrealismo en España; si bien una mirada atenta revela que es de las aguas del Realismo mágico de Franz Roh de donde bebe esta obra maestra.
Para su realización tomó referentes de todo lo que tenía alrededor. sus lecturas, las noticias que podría escuchar o leer, imágenes pictóricas que podría contemplar. Todo ello se integró en El mundo.
Lo primero que nos llama la atención cuando nos enfrentamos a Un mundo es el planeta cúbico en cuya superficie bulle la vida, transcurre el devenir de los hombres. Para su realización tomó como inspiración el estilo cubista de Picasso. Y quizá inconscientemente su elección de esta forma de representar los objetos tuvo la misma pretensión que en el malagueño. Ambos querían poder representar la realidad desde sus múltiples facetas de forma simultánea, permitir que el espectador aprehendiese la globalidad de un objeto, de la vida en el caso de Ángeles Santos, en un solo golpe de vista. Ángeles tomó los planos cubistas por su idoneidad para poblarlos de habitantes. “En lugar de representar la tierra redonda la hice cuadrada, en planos, porque yo había leído sobre el cubismo y así me resultaría más fácil ir colocando las cosas”.
Estos versos pertenecen al poema Alba, incluido en Segunda Antolojía poética (1922), libro que se encuadra en la llamada etapa intelectual (1916-1936). Es la etapa de la poesía desnuda, en la que han desaparecido los rasgos modernistas para dejar paso a lo esencial y a la concentración conceptual y emotiva. Este es el poema entero (resaltados en rojo los versos que inspiraron el cuadro):
ALBA
Se paraba
la rueda
de la noche...
Vagos ángeles malvas
apagaban las verdes estrellas.
Una cinta tranquila
de suaves violetas
abrazaba amorosa
a la pálida tierra.
Suspiraban las flores al salir de su ensueño,
embriagando el rocío de esencias.
Y en la fresca orilla de helechos rosados,
como dos almas perlas,
descansaban dormidas
nuestras dos inocencias
—¡oh que abrazo tan blanco y tan puro!—
de retorno a las tierras eternas.
la rueda
de la noche...
Vagos ángeles malvas
apagaban las verdes estrellas.
Una cinta tranquila
de suaves violetas
abrazaba amorosa
a la pálida tierra.
Suspiraban las flores al salir de su ensueño,
embriagando el rocío de esencias.
Y en la fresca orilla de helechos rosados,
como dos almas perlas,
descansaban dormidas
nuestras dos inocencias
—¡oh que abrazo tan blanco y tan puro!—
de retorno a las tierras eternas.
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