miércoles, 2 de agosto de 2017

Verdades y mitos en torno a la zoofilia


Por norma general el objeto de deseo o aquello por lo que nos sentimos atraídos es un ser humano con suficiente capacidad y madurez física y psíquica como para establecer relaciones. Sin embargo, existen personas cuya vivencia de la sexualidad incluye un objeto de deseo atípico, en algunos casos incluso ilegal y dañino para sí mismo o para otros. Dentro de este grupo podemos encontrar a las personas que mantienen relaciones sexuales con seres vivos de otras especies animales diferentes a los humanos: personas que practican la zoofilia. La zoofilia implica una vulneración de los derechos de los animales y una gravísima falta de respeto hacia éstos. El concepto de zoofilia vino a sustituir el concepto de bestialidad que se utilizaba con más frecuencia en sus orígenes.
Se trata de una relación que parte de unas condiciones de desigualdad, ya que la persona es consciente y responsable de sus actos, sin embargo, el animal no humano no puede expresar su voluntad u oposición al acto sexual, y normalmente es forzado también mediante castigo físico, psíquico u otras formas de maltrato.
Desde siempre se han proyectado las fantasías zoofílicas en la pornografía

La violación (no existen las relaciones sexuales consentidas con no humanos; siempre es violación) a un animal puede provocar la transmisión de enfermedades de transmisión sexual tanto en el humano como en el no humano, como el linfogranuloma venéreo. También pueden provocarse durante el acto lesiones físicas graves, fracturas, hemorragias, así como alteraciones conductuales y traumás y por supuesto la muerte de la víctima por causa de las lesiones.
Si bien no se conoce su prevalencia exacta (quienes tienen una parafilia no suelen admitirla),  la zoofilia o trastorno catalogado como "parafilia no especificada" no es frecuente en la población general.
Se dice que las prácticas zoofílicas suelen darse en zonas aisladas y de difícil acceso, generalmente en ámbitos rurales. En este tipo de ambientes el contacto humano puede llegar a estar muy limitado, mientras que el acceso al ganado y otros animales es relativamente sencillo ( como si esto lo justificase). Esta es una de las características comunes entre las personas con zoofilia: la soledad y el aislamiento. Otra característica común en estos sujetos es la presencia de un bajo nivel de habilidades sociales, que provocan un elevado nivel de frustración.
Pony, oranguntana prostituida

Es destacable que buscando información sobre la zoofilia siempre se trata al violador de animales no humanos como "paciente" y que además se le intenta justificar de alguna manera, como en el párrafo siguiente:
"Si a todo ello se le añade la unión emocional que existe entre un animal doméstico o de granja y su dueño o la persona que le cuida, es posible que la persona sienta una conexión especial que puede derivar en un principio de deseo sexual, e incluso humanizar al animal. Esta teoría se vería apoyada en este caso. Además, muchos individuos con este problema indican que los animales les otorgan un mayor nivel de afecto y lealtad que otras personas".
Podemos ver incluso que los violadores de no humanos no sienten remordimientos ni mala conciencia por lo que hacen, intentando justificarse:  "Muchos de estos pacientes consideran que con las prácticas zoofílicas no hacen daño a nadie, equiparando su situación a la de otros colectivos históricamente perseguidos, alegando una supuesta incomprensión basada en prejuicios. Sin embargo, en el caso de la zoofilia los animales en cuestión no tienen la capacidad de dar o negar el consentimiento a la cópula, con lo que en la práctica la zoofilia supone una violación a éstos".


Burrito violado y apaleado en Almería

Se han presentado estudios que avalan que las personas violentas o con delitos sexuales, en un gran porcentaje, han tenido prácticas zoofílicas. En ocasiones combinan sus prácticas violentas o de abuso entre personas y animales. Por ejemplo abusar sexualmente de un animal de compañía para extorsionar o maltratar a la persona con la que tiene más afecto el animal: un niño, su mujer, etc. No está claro por qué, pero es manifiesto, que se produce mayoritariamente en hombres. (yo añado: porque los delitos de violencia y abuso sexual son mucho más frecuente en hombres en todas las sociedades y épocas).
Es más, sostienen que la investigación apunta a que la comisión de un acto de zoofilia podría ser un indicador conductual que alerte sobre delitos de violencia y delitos sexuales contra humanos. En concreto, los estudios científicos expuestos por CoPPA indican que la zoofilia se encuentra con mayor frecuencia entre los delincuentes violentos y sexuales. "Demuestran niveles muy altos de actos de zoofilia en los individuos que cometen crímenes sexuales contra humanos". De hecho, ponen de ejemplo un estudio con presidiarios que reveló que el 30% de los violadores, el 59% de quienes abusaron sexualmente de niños y el 81% de los delincuentes sexuales no selectivos había incurrido en actos de zoofilia.
Según los datos, sostienen que los delincuentes sexuales que incurren en el abuso sexual de animales son "más proclives" que otros delincuentes sexuales a presentar mayor violencia en sus agresiones y delitos sexuales; más modelos de agresión y un abanico más amplio de tipos de víctimas; mayor número de víctimas; además de mayor riesgo de reincidencia.  Hay además numerosos estudios que evidencian casos donde los actos de zoofilia se combinan con otras agresiones y son utilizados por maltratadores de mujeres y menores como parte de su victimización, especialmente en el contexto de la violencia intrafamiliar.


CoPPA agrega también que se ha podido documentar cómo en algunos casos el maltratador se sirve del abuso sexual a un animal de compañía, por ejemplo de un menor o de una mujer, para amenazar, intimidar o silenciar a quienes sienten afecto por ese animal. También dicen que se han documentado casos de violación de mujeres y niños con el uso de un animal, y casos de maltratadores que han adiestrado a perros para actos sexuales, combinando estos incidentes con otras agresiones físicas y emocionales a sus víctimas humanas. "Las propuestas formuladas por CoPPA a los miembros de la Comisión de Justicia para modificar el Código Penal están fundadas en los conocimientos científicos y en la tipología de actos específicos, e incluyen disposiciones para la inhabilitación para la tenencia de animales, la penalización del proxenetismo con animales y la producción de zoo-pornografía" ( diario El Mundo).

Hasta aquí exponemos los hechos, es decir, lo que dicen la ciencia y los expertos en psicología, criminología, leyes, sexología, etc... A partir de aquí veremos el mito o lo que dice quien pretende justificar su odio hacia los animales no humanos a través de su falta de compasión y de ética.
Veamos este extracto recogido de un blog de un protaurino, misógino, homófobo y pseudopsicólogo que de forma un tanto torpe pretende vincular el respeto y la empatía hacia los no humanos con algo aberrante a nivel sexual: "De hecho, todas las formas de neurosis hacia los animales indican algún tipo de carencia. La mujer soltera, el matrimonio sin hijos, el gay desengañado del mundo gay o periódicamente desengañado de su compañero periódico, tienen una tendencia a proyectar sobre su mascota todo el amor y el cariño que no pueden proyectar a otro ser...  Una decepción profunda, especialmente en la juventud, puede determinar nuestro comportamiento futuro. Universalizar el daño que alguien nos ha podido hacer a todo lo que camine erguido sobre las piernas parece excesivo, y mucho más excesivo transferir nuestro exceso de cariño a una mascota que ni entiende de amores ni de cariños sino solamente de instintos. Determinadas parafilias suscitan tanto ironías como conmiseración, a partes iguales. Si la vida te ha llevado a que tus orgasmos dependan de un caniche o de la lengua de un Alaska Malamute, menuda vida sexual más triste y decepcionante".

Perrita violada
Puede ser que creamos que este pensamiento de cavernícola no sea representativo ni merezca mayor atención, pero por desgracia vivimos en un entorno de cavernícolas de pensamiento sexocéntrico que siguen creyendo que las mujeres solteras que viven con un perro o un gato los utilizan para tener orgasmos. Esto es así, porque lo he oído ya varias veces y para más inri de mi entorno próximo. El mito tremendamente machista, especista y sobre todo repugnante y bárbaro de que una mujer que vive sola necesita satisfacer su sexualidad a expensas de su compañero no humano sigue pululando por las mentes mugrientas de la España profunda ( pensemos en la leyenda urbana de la chica del perro y el tarro de mermelada y la sorpresa con Ricky Martin) . Porque querer a un ser de otra especie de forma desinteresada sin la finalidad de obtener de él comida, piel, leche o sexo es algo impensable para quienes son incapaces de la compasión y la empatía más elementales. 
El hecho de que haya desviados que se justifican en el vínculo de afecto con un animal para cometer violaciones no apoya en absoluto la hipótesis de que toda persona que tenga un vínculo de afecto con un no humano sea una violadora potencial. Sólo apoya que la persona que dice eso es una perversa sin empatía ni ética y que proyecta sus fantasías zoofílicas en otras personas más compasivas para intentar justificarse a sí mismo.



Fuentes:

CoPPA
via Definicion ABC https://www.definicionabc.com/salud/zoofilia.php
diario El Mundo
http://infokrisis.blogia.com/2008/101103-psicopatologia-del-amor-a-los-animales

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