miércoles, 3 de enero de 2018

Los asesinos y violadores no son enfermos


En los medios de comunicación, cada vez que ocurre un crimen especialmente truculento, como un asesinato, una violación la reacción de los tertulianos e incluso de los propios informadores es la de intentar buscar una enfermedad mental que "justifique" estos actos de inhumanidad extrema. Los llaman locos, enfermos, se empieza a rumorear que si tenían esquizofrenia o trastorno bipolar, o vaya a saber usted qué. Demandan las masas que sean encerrados en "psiquiátricos", sean lo que sean esos sitios, para castigarlos duramente.
Para empezar, debe de quedar bien patente el hecho demostrado de que la población de personas diagnosticadas de trastornos mentales, como la esquizofrenia, tiene exactamente el mismo índice de criminalidad que la población "normal".
Una vez aclarado este hecho científicamente demostrado hay que aclarar otro concepto básico. Los asesinos, violadores, descuartizadores, maltratadores y demás delincuentes violentos NO son enfermos. Son psicópatas o como mucho sociópatas. No padecen un trastorno psíquico que les cause sufrimento y que les lleve a cometer delitos violentos.


Sufrimiento psíquico
Al decir que un criminal que ha violado y asesinado a una chica es un loco y un enfermo estamos llamando violadoras y asesinas a todas las personas que sufren depresión, ansiedad, esquizofrenia, trastorno bipolar, etc... que son personas que sufren, que forman parte de la sociedad y de nuestras vidas, que pueden ser nuestros vecinos, amigos, profesores, fruteros, médicos, familiares, etc... y que por padecer un trastorno mental no son más propensos a cometer crímenes violentos como los medios de comunicación se empeñan en hacernos creer, en su labor insidiosa de desinformar y estigmatizar día a día.
Las personas que cometen este tipo de crímenes violentos y que tanta repulsa nos causan a todos son psicópatas o sociópatas. Y no tienen tratamiento ni se rehabilitan. Y tampoco sufren ni sienten empatía por sus víctimas.
Nos reconforta pensar que este tipo de persona capaz de hacer atrocidades presenta alguna anomalía patológica que le diferencia del resto de humanos, nos alivia pensar que las personas malvadas no existen, pero lo cierto es que SÍ existen humanos malvados, que dañan por dañar, por sentirse poderosos. Es algo que tenemos que asumir y la historia de la humanidad ya nos ha dado evidencias de sobra para irlo aceptando.
Hay varios comportamientos y características que son relativamente comunes entre los psicópatas. Las personas con trastorno psicopático, o psicópatas, suelen estar caracterizadas por tener un marcado comportamiento antisocial, una empatía y remordimientos reducidos, y un carácter desinhibido.​ Este carácter psicopático puede hallarse en diferentes dimensiones de la personalidad, en diferentes combinaciones en el conjunto de la población. La definición exacta de la psicopatía ha ido variando sustancialmente a lo largo de los años y sigue siendo una materia bajo investigación. Algunas definiciones que continúan siendo usadas en la actualidad son parcialmente complementarias y a veces son contradictorias.
C. Manson, psicópata.

Los psicópatas tienden a crear códigos propios de comportamiento, por lo cual sólo sienten culpa al infringir sus propios reglamentos y no los códigos sociales comunes. Sin embargo, estas personas sí tienen conocimiento de los usos sociales, por lo que su comportamiento es adaptativo y pasa inadvertido para la mayoría de las personas.​ Afín a todo lo antedicho es la personalidad sádico narcisista o de narcisismo maligno.
Según los principales exponentes de la teoría psicoanalítica la persona psicópata lo es porque carece de superyó o, en todo caso, si poseyera un superyó, el superyó que habría internalizado en su más temprana infancia es también psicopático o directamente sociópata.
Los sociópatas se tratan de individuos con un temperamento normal, pero que no tienen adquiridos los atributos socializadores como consecuencia de una crianza negligente e incompetente por parte de los principales agentes de socialización: los padres. Las dinámicas propias del estilo educativo negligente por parte de los progenitores da como resultado, en el futuro, a hijos salvajes incapaces de socializar correctamente y que cometen delitos. Si además, los padres de estos jóvenes también fueron criados bajo una supervisión irresponsable e indiferente, al ser inmaduros en este aspecto es muy difícil que sepan cómo enderezar a sus vástagos, si acaso les preocupa lo más mínimo. David Lykken sugiere que los cambios culturales recientes que se han producido en Estados Unidos, han contribuido al crecimiento de la incidencia de esta educación inepta de los hijos.
American Psycho

Tal y como dice el propio autor: “las personalidades antisociales responsables de la mayoría de los delitos en EEUU, no son psicópatas. Son sociópatas”. Así pues, las personalidades sociópatas son más numerosas y representan un mayor problema social debido al aumento de los índices de delincuencia y violencia. Se encuentran muy presentes en la sociedad occidental, y más en las ciudades que en las poblaciones rurales.La sociopatía es el subgénero más amplio del Trastorno de Personalidad Antisocial. En él encontramos a individuos (normalmente hombres jóvenes aunque la presencia de mujeres está aumentando) que no se socializaron bien en la infancia y adolescencia. Estas carencias en su desarrollo moral y afectivo son la base necesaria para que pueda surgir un caso de sociopatía.
Cabe decir, no obstante, que haber recibido una educación deficiente no es el único factor que explica la sociopatía. No es raro encontrarse con personas que, pese a las muchas dificultades que pasaron durante su niñez, han podido buscar su lugar en el mundo y ser individuos con los que podemos relacionarnos con total normalidad. Esto no debe llevarnos a error, puesto que el temperamento de un sociópata es muchas veces normal a pesar de la torpeza paterna; mientras que otros pueden ser nerviosos o buscadores constantes de estímulos. La mayoría de población reclusa satisface los criterios diagnósticos del Trastorno de Personalidad Antisocial que identifican a más de la mitad de hombres que consideramos “delincuentes comunes”.

Las personas que padecen este trastorno sufren un mal de índole psiquiátrica, un grave cuadro de personalidad antisocial que les hace rehuir las normas preestablecidas; no saben y no pueden moldearse a ellas. A pesar de que saben que están haciendo un mal, actúan por impulso, cometiendo incluso delitos graves. Es común que se confunda este trastorno con otros conceptos parecidos, como podrían ser la conducta criminal, el comportamiento antisocial o la psicopatía. Pero son trastornos, aunque relacionados, de diferentes características, con otros tratamientos y consecuencias.
Esquizofrenia. Angustia extrema.

Por otro lado, el tema de la psicopatía estuvo presente en la historia desde la Antigüedad, aunque la conceptualización es más reciente, pero ya en Babilonia aparece la preocupación por las personalidades anormales, que se separan conductualmente del resto pero que no cabían en las categorías de cuerdo o loco.
Al principio, sonríe y saluda a todo el que encuentra a su paso, niega ser tirano, promete muchas cosas en público y en privado, libra de deudas y reparte tierras al pueblo y a los que le rodean y se finge benévolo y manso para con todos [...] Suscita algunas guerras para que el pueblo tenga necesidad de conductor [...] Y para que, pagando impuestos, se hagan pobres y, por verse forzados a dedicarse a sus necesidades cotidianas, conspiren menos contra él [...] Y también para que, si sospecha de algunos que tienen temple de libertad y no han de dejarle mandar, tenga un pretexto para acabar con ellos entregándoles a los enemigos [...] ¿Y no sucede que algunos de los que han ayudado a encumbrarle y cuentan con influencia se atreven a enfrentarse ya con él, ya entre sí [...] censurando las cosas que ocurren, por lo menos aquellos que son más valerosos? [...] Y así el tirano, si es que ha de gobernar, tiene que quitar de en medio a todos estos hasta que no deje persona alguna de provecho ni entre los amigos ni entre los enemigos.
Platón, Politeia, 562a-570c.
Pinel (1745-1826) precisó en 1801 que se trataría de una forma de manía sin déficit en las facultades cognitivas, pero con un grave daño en la capacidad afectiva, lo que constituye una de las características descriptivas del psicópata.
En 1835 James Cowles Prichard definió la "locura moral", una forma de perturbación mental en que no parece haber una lesión en funcionamiento intelectual y cuya patología se manifiesta en el ámbito de los sentimientos, el temperamento o los hábitos. Este psiquiatra inglés explica que en casos de esta naturaleza los principios morales o activos de la mente están extrañamente pervertidos o dañados, no hay un poder de autogobierno y el individuo es incapaz de conducirse con decencia y propiedad en los diferentes aspectos de la vida.
El psiquiatra polaco Andrzej M. Łobaczewski ha estudiado cómo los psicópatas influyen en el avance de la injusticia social y sobre cómo se abren paso hacia el poder, cuya culminación política es lo que ha venido a denominar patocracia. Lobaczewski es el inventor de la ponerología, el estudio interdisciplinario de las causas de períodos de injusticia social, donde el psicópata es un factor clave.


Patocracia

"La patocracia es una enfermedad de grandes movimientos sociales seguidos por sociedades enteras, así como naciones e imperios. Durante el transcurso de la historia de la humanidad, ha afectado a movimientos sociales, políticos y religiosos, al igual que a las ideologías que la acompañan… Y los ha convertido en caricaturas de ellos mismos… Esto ocurrió como resultado de… la participación de agentes patológicos en un proceso patodinámico similar. Esto explica por qué todas las patocracias del mundo son, o han sido, tan similares en sus propiedades esenciales."
Andzrej M. Lobaczewski, Ponerología política: una ciencia de la naturaleza del mal ajustada a propósitos políticos

Sólo cabe decir que los psicópatas NO SON ENFERMOS, NO SON LOCOS, y que su sitio está fuera de la sociedad, porque son incapaces de respetar las leyes, de tener empatía y de rehabilitarse. Los llamados "locos" no merecen ser encerrados en "psiquiátricos", o "manicomios". Eso es un concepto no decimonónico, sino medieval. Segregar y marginar de por vida a los "trastornados", sin cuidados ni posibilidad de relacionarse ni de llevar una vida dentro de la sociedad no les ayuda a menos que se trate de casos muy concretos y con patologías muy invalidantes.

Dejemos ya de diferenciar entre "normales" y "locos", entre "gente decente y buenos ciudadanos" de gente "tarada". Un diagnóstico psiquiátrico no convierte a nadie en anormal ni en indecente.
Manicomio


Wikipedia
http://quantumfuture.net/sp/pages/psicopatia.html

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