martes, 2 de enero de 2018

El tabú del suicidio y el desprecio al suicida

Empecemos con datos objetivos de la OMS:
"Anualmente, cerca de 800 000 personas se quitan la vida y muchas más intentan hacerlo. Cada suicidio es una tragedia que afecta a familias, comunidades y países y tiene efectos duraderos para los allegados del suicida. El suicidio se puede producir a cualquier edad, y en 2015 fue la segunda causa principal de defunción en el grupo etario de 15 a 29 años en todo el mundo".
"El suicidio no solo se produce en los países de altos ingresos, sino que es un fenómeno global que afecta a todas las regiones del mundo. De hecho, en 2015, más del 78% de los suicidios en todo el mundo tuvieron lugar en países de ingresos bajos y medianos".
"El suicidio es un grave problema de salud pública; no obstante, es prevenible mediante intervenciones oportunas, basadas en datos fidedignos y a menudo de bajo coste. Para que las respuestas nacionales sean eficaces se requiere una estrategia de prevención del suicidio multisectorial e integral".
Suicidio de Sócrates

"Si bien el vínculo entre el suicidio y los trastornos mentales (en particular los trastornos relacionados con la depresión y el consumo de alcohol) está bien documentado en los países de altos ingresos, muchos suicidios se producen impulsivamente en momentos de crisis que menoscaban la capacidad para afrontar las tensiones de la vida, tales como los problemas financieros, las rupturas de relaciones o los dolores y enfermedades crónicos. Además, las experiencias relacionadas con conflictos, desastres, violencia, abusos, pérdidas y sensación de aislamiento están estrechamente ligadas a conductas suicidas. Las tasas de suicidio también son elevadas entre los grupos vulnerables objeto de discriminación, por ejemplo, los refugiados y migrantes; las comunidades indígenas; las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales, transexuales, intersexuales; y los reclusos. Con diferencia, el principal factor de riesgo de suicidio es un intento previo de suicidio."
Se estima que la presencia de enfermedades mentales al momento del suicidio varía entre el 27​ y más del 90% de los casos. La mitad de las personas fallecidas por esta razón podrían haber padecido un trastorno depresivo mayor.
Los suicidios son prevenibles. Existen algunas medidas que se pueden adoptar entre la población, los grupos de población y las personas para prevenir el suicidio y los intentos de cometerlo.
"El suicidio es un problema complejo y, consiguientemente, las actividades de prevención exigen la coordinación y colaboración de múltiples sectores de la sociedad, incluidos los de salud, educación, trabajo, agricultura, comercio, justicia, derecho, defensa, política y medios de comunicación. Esas actividades deben ser amplias e integradas, dado que ningún enfoque individual por separado puede tener efecto en una cuestión tan compleja como el suicidio."

"En todo el mundo es insuficiente la disponibilidad y calidad de los datos sobre el suicidio y los intentos de suicidio. Solo 60 Estados Miembros disponen de datos de registro civil de buena calidad que se pueden utilizar directamente para estimar tasas de suicidio. La calidad insuficiente de los datos sobre mortalidad no es un problema exclusivo del suicidio, pero dada la sensibilidad de este fenómeno y la ilegalidad de las conductas suicidas en algunos países es probable que la subnotificación y la clasificación errónea de casos sea un problema más significativo en lo que respecta al suicidio que a otras causas de defunción."

Oficialmente, en España se registraron 3.602 muertes por suicidio en 2015, último año con datos del INE. Se quitaron la vida 2.680 hombres y 922 mujeres. Es, con mucha diferencia, la principal causa de muerte no natural. El número de muertes por suicidio que figura en el INE no coincide con el de los Institutos de Medicina Legal. Un estudio en 16 provincias de España realizado por el Instituto de Medicina Legal de Sevilla encontró 563 suicidios sin registrar, solamente en 2007.
El equipo de la epidemióloga Mercè Gotsens ha contrastado con fuentes forenses el número de suicidios entre 2004 y 2006 en Barcelona que consta en el Registro de Mortalidad del INE. Los archivos del Instituto de Medicina Legal de Cataluña revelan la falta de validez de los datos del INE. “Solo el 40% de las defunciones que realmente eran suicidios se codificaron como tales en el Registro de Mortalidad”, detalla Gotsens, de la Agencia de Salud Pública de Barcelona. El nuevo estudio de las investigadoras de la Universidad de Cantabria muestra una tasa media anual de 95 suicidios por cada millón de habitantes en España. Es una cifra baja, comparada con la tasa media mundial de 114 suicidios por cada millón de personas.  “En España no hay programas de prevención en el ámbito nacional. Los que hay son pilotos y muy limitados en personal y recursos”. De hecho, las muertes en carretera eran la primera causa de muerte no natural en 2007 y han pasado en 2013 al quinto lugar gracias a campañas y medidas, que según los investigadores, deben aplicarse ahora a los suicidios.

"Las estrategias eficaces de prevención del suicidio requieren un fortalecimiento de la vigilancia y el seguimiento de los suicidios y los intentos de suicidio. Las diferencias transnacionales en los patrones de suicidio y los cambios en las tasas, características y métodos de suicidio ponen de relieve la necesidad de que cada país mejore la integridad, calidad y oportunidad de sus datos concernientes al suicidio. Esto incluye el registro civil de suicidios, los registros hospitalarios de intentos de suicidio, y los estudios representativos a escala nacional que recopilen información sobre intentos de suicidio autonotificados." (OMS)
Para hacer frente a este fenómeno la OMS y las autoridades y expertos en tema abogan por que las instituciones dejen de considerar este asunto como un tabú y pongan en marcha campañas de prevención en las escuelas y centros de salud ya que es un problema que no va a desaparecer pero puede limitarse con una rápida detección.

La OMS reconoce que el suicidio es una prioridad de salud pública. El primer informe mundial de la OMS sobre el suicidio, «Prevención del suicidio: un imperativo global», publicado en 2014, procura aumentar la sensibilización respecto de la importancia del suicidio y los intentos de suicidio para la salud pública, y otorgar a la prevención del suicidio alta prioridad en la agenda mundial de salud pública. También procura alentar y apoyar a los países para que desarrollen o fortalezcan estrategias integrales de prevención del suicidio en el marco de un enfoque multisectorial de la salud pública.
El suicidio es una de las condiciones prioritarias del Programa de acción para superar la brecha en salud mental establecido por la OMS en 2008, que proporciona orientación técnica basada en pruebas científicas con miras a ampliar la prestación de servicios y atención de problemas de salud mental, neurológicos y abuso de sustancias. En el Plan de acción sobre salud mental 2013-2020 los Estados Miembros de la OMS se comprometieron a trabajar para alcanzar la meta mundial de reducir las tasas nacionales de suicidios en un 10% para 2020. Además, la tasa de mortalidad por suicidio es un indicador de la meta 3.4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: «De aquí a 2030, reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante su prevención y tratamiento, y promover la salud mental y el bienestar».
El suicida. Manet.

El estigma, particularmente en torno a los trastornos mentales y el suicidio, disuade de buscar ayuda a muchas personas que piensan en quitarse la vida o han tratado de hacerlo y, por lo tanto, no reciben la ayuda que necesitan. La prevención del suicidio no se ha abordado apropiadamente debido a la falta de sensibilización respecto del suicidio como problema de salud pública principal y al tabú existente en muchas sociedades para examinarlo abiertamente. En la actualidad, unos pocos países han incluido la prevención del suicidio entre sus prioridades sanitarias, y solo 28 países han notificado que cuentan con una estrategia nacional de prevención del suicidio.
“Es positivo hablar de un suicidio. No lleva a otro suicidio”: Cecília Borràs, fundadora-presidenta de la asociación Després del Suicidi-Associació de Supervivents (DSAS), la primera asociación española que se dedica a ayudar y prestar servicios a los allegados de las personas que han muerto a causa de un suicidio. Luchan por romper el silencio que envuelve este asunto, para que los sistemas de prevención mejoren y que las administraciones dediquen mayores esfuerzos y recursos a la atención de los supervivientes. “Si se habla públicamente de los suicidios, las personas que están sufriendo se dan cuenta de que pueden hablar de ello, de que pueden exteriorizar sus preocupaciones”, añade.
Gloria Cruceta, psiquiatra barcelonesa, explica, por su parte, que un “90% de los suicidios son impulsivos. Sólo entre 2% y un 5% de los suicidios son totalmente racionales y planificados. 


Pero el estigma del suicidio cae fulminante sobre todo contra los propios suicidas, que son juzgados y condenados por sociedad, familia, amigos y hasta sanitarios. Son personas como cualquier otra, no son malditos ni apestados, y nadie está libre de tener un impulso suicida en un momento de su vida tras caer en una depresión mayor, o sufrir una desgracia terrible, o ser diagnosticado de una grave enfermedad degenerativa. Todos los seres humanos somos susceptibles de suicidarnos. No es algo de lo que podamos estar libres por ser ciudadanos de bien integrados socialmente y perfectamente engranados en la sociedad de libre mercado.
El suicido nos causa repugnancia, desprecio, asco, aunque en el fondo nos da miedo. Porque sabemos que esas pulsiones de muerte están ahí agazapadas en lo profundo de nuestra psique. No queremos escucahrlas y las acallamos con lo que sea: alcohol, sexo, compras, trabajo excesivo, ejercicio extremo... pero el vacío existencial y las preguntas sin respuestas que nos pueden llevar a una angustia extrema se encuentra en el fono de nuestras almas anestesiadas.
Mirar al suicidio a la cara, afrontarlo, empatizar, respetar, nos hace más humanos y nos da mejor comprensión de nosotros mismos. Y posiblemente podremos ayudar a quienes estén solos ante su angustia y su dolor, como puede que algún día nos veamos nosotros mismos.

“Quien se suicida no quiere morir, simplemente quiere dejar de sufrir”, concluye Borràs.







http://www.fronterad.com/?q=tabu-suicidio-medios-comunicacion-tienen-como-norma-no-dar-noticia

http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs398/es/

https://es.wikipedia.org/wiki/Suicidio

https://elpais.com/elpais/2017/06/12/ciencia/1497291180_123865.html
https://www.elconfidencial.com/ultima-hora-en-vivo/2016-01-17/el-gran-error-de-no-hablar-del-suicidio-la-mayor-causa-de-muerte-no-natural_798230/

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