viernes, 13 de noviembre de 2020

Autoindulgencia, autoestima y autocompasión

La definición de autocompasión o "self compassion" es tratarse a uno/a mismo/a con amabilidad, sin criticarse ni juzgarse por los errores. Por ejemplo, una persona que sufre en el presente por un error del pasado puede aprender bajo la luz de esta expresión de afecto que en aquel momento actuó del mejor modo que supo hacerlo a partir de sus propias circunstancias y de su etapa vital. El hacernos conscientes, en el momento presente, de que estamos luchando con sentimientos de inadecuación, desesperación, u otras emociones dolorosas nos permite responder con amabilidad y comprensión hacia nosotros mismos y hacia los demás. 



La autocompasión implica ser cálido y comprensivo hacia nosotros mismos cuando sufrimos, nos rechazan o nos sentimos inadecuados, en lugar de ignorar nuestro dolor o flagelarnos con la autocrítica. Cuando hay autocompasión reconocemos que el ser humano es imperfecto. Por tanto, va a ser inevitable experimentar dificultades en la vida, por lo que hemos de tender a ser amables con nosotros mismos cuando nos enfrentemos a experiencias dolorosas, en lugar de frustrarnos cuando la vida y los demás no están a la altura de los ideales establecidos. Cuando esta realidad se niega o se lucha en su contra, el sufrimiento aumenta en forma de estrés a través de la frustración y la autocrítica. Cuando esa realidad vital es aceptada con simpatía y amabilidad, se experimenta una mayor ecuanimidad emocional, lo que lleva a un menor sufrimiento.

 

La frustración por no tener las cosas exactamente como queremos suele ir acompañada de un sentimiento irracional de aislamiento, como si "yo" fuera la única persona que sufriera o cometiera errores. Sin embargo, todos los seres humanos sufren. La propia definición de ser "humano" significa que uno es mortal, vulnerable e imperfecto. Por lo tanto, la autocompasión implica reconocer que el sufrimiento y la inadecuación personal es parte de la experiencia de humanidad compartida: “algo que todos pasamos” en lugar de ser algo que sólo me pasa a "mí". También significa reconocer que los pensamientos, sentimientos y acciones se ven afectadas por factores "externos", como la crianza, la cultura, las condiciones genéticas y ambientales, así como el comportamiento y las expectativas de los demás. Thich Nhat Hahn llama a esa intrincada red de causa y efecto recíproco en el que todos estamos involucrados: "inter-ser."


La autocompasión también se deriva de la voluntad de observar nuestros pensamientos y emociones negativas con franqueza y claridad, de modo que se mantengan en la conciencia. La atención plena (mindfulness) es un estado mental no-crítico, receptivo en el que se observan los pensamientos y sentimientos tal como son, sin tratar de suprimirlos o negarlos. 

 



La autoindulgencia es el sentimiento de pena hacia uno mismo que experimenta un individuo en situaciones percibidas como adversas cuando dicha situación no ha sido aceptada y no se tiene la confianza o la habilidad para adaptarse a ella. Es un sentimiento asociado al autoconsuelo, que tiene un importante papel en las relaciones humanas y puede abarcar desde un comportamiento breve, ocasional y transitorio hasta un trastorno de personalidad que se expresa sin una provocación externa o a consecuencia de percepciones distorsionadas de la realidad, que provoca sufrimiento a uno mismo y a los que le rodean. El individuo autoindulgente cree ser víctima de una situación negativa y por tanto merecer condolencia. La autoindulgencia es, de forma general, considerada un sentimiento negativo que no sirve de ayuda para tratar con situaciones adversas; sin embargo, en un contexto social puede dar lugar a despertar simpatía o consejo. 

Cuando las personas sienten lástima de sí mismas, se ven inmersas en sus propios problemas y se olvidan que los demás tienen problemas similares. No hacen caso de sus interconexiones con otras personas, y creen que son los únicos en el mundo que están sufriendo (olvidan la humanidad compartida y el interser). La pena y la lástima ponen de relieve que existen sentimientos egocéntricos de separación de los demás, que exageran la magnitud del sufrimiento personal. Sin embargo, la autocompasión le permite a uno ver las experiencias relacionadas con el “yo y el otro” sin tales sentimientos de aislamiento y desconexión.



A pesar de que la autocompasión puede parecer similar a la autoestima, son diferentes en muchos aspectos. La autoestima se refiere a nuestro sentido de auto-valía o valor percibido. En la cultura actual, la autoestima se basa a menudo en lo diferentes que somos de los demás, lo mucho que destacamos o lo especiales que somos (totalmente lo opuesto a la humanidad compartida). En nuestra sociedad no está bien ser "normal", sino que tenemos que sentirnos por encima de la media para estar bien con nosotros mismos. Esto significa que los intentos de elevar la autoestima pueden provocar comportamientos narcisistas, egocéntricos, o nos pueden llevar a despreciar a otras personas para hacernos sentir mejor con nosotros mismos. También tendemos a enojarnos y ser agresivos hacia los que han dicho o hecho algo que potencialmente nos hace sentirnos mal con nosotros mismos. La necesidad de una alta autoestima puede animarnos a ignorar, distorsionar u ocultar los defectos personales de modo que no podemos ver con claridad y precisión. Por último, nuestra autoestima a menudo depende de si tenemos éxito o fracasamos, lo que significa que nuestra autoestima fluctúa en función de circunstancias siempre cambiantes.



En contraste con la autoestima, la autocompasión no se basa en la autoevaluación. La gente siente compasión por sí misma, porque todos los seres humanos merecen compasión y comprensión, no porque posean un conjunto particular de características (belleza, riqueza, etc.). Esto significa que con la autocompasión no tenemos que sentirnos superiores a los demás para estar bien con nosotros mismos. La autocompasión también permite una mayor auto-claridad, porque las faltas personales pueden ser reconocidas con amabilidad y no es necesario ocultarlas. Por otra parte, la autocompasión no depende de circunstancias externas, sino que siempre está disponible (especialmente cuando uno se siente muy abatido). Las investigaciones indican que, en comparación con la autoestima, la autocompasión se asocia con una mayor capacidad de recuperación emocional, con autoconceptos más precisos, con comportamientos de relación más solidarios, así como con un menor narcisismo y con menor ira reactiva.

Dedicado a mi maestra, Pilar Ariza



Fuentes:

https://es.wikipedia.org/wiki/Autocompasi%C3%B3n

https://www.iepp.es/autocompasion/

https://msc.mindfulness.global/autocompasion/

https://www.mindfulnessyautocompasion.com/autoestima-vs-autocompasion

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