miércoles, 6 de septiembre de 2017

Andaluzofobia vs catalanofobia

"Andalucía, que no ha mostrado nunca pujos ni petulancias de particularismo; que no ha pretendido nunca ser un Estado aparte, es, de todas las regiones españolas, la que posee una cultura más radicalmente suya". "Es, por ventura, el pueblo más viejo del Mediterráneo -más viejo que griegos y romanos".
Ortega y Gasset
Las cigarreras, Gonzalo de Bilbao

El término que se usa para denominar el desprecio a lo andaluz es “andaluzofobia”. 
El pensamiento y el discurso andaluzófobos son tan frecuentes en toda España como no reconocidos, por interiorizados y normalizados. No hay un cuestionamiento del tema, y si se menciona en ciertos ámbitos se minimiza y hasta se niega, al tiempo que se ridiculiza el acento andaluz y se tacha al andaluz de gracioso, vago e ignorante.

Ejemplos de andaluzofobia en declaraciones de políticos catalanes de la historia reciente:

"El hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido (…) es, generalmente, un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años que pasa hambre y vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido poco amplio de comunidad. A menudo da pruebas de una excelente madera humana, pero de entrada constituye la muestra de menor valor social y espiritual de España. Ya lo he dicho antes: es un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza del número llegase a dominar, sin haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña. E introduciría su mentalidad anárquica y pobrísima, es decir, su falta de mentalidad"Esto escribió Pujol en su libro «Immigració, problema i esperança de Catalunya», de 1958, y reeditado en 1976. 



El Plan de Empleo Rural y los subsidios agrícolas han sido tema recurrente en Cataluña para atacar a Andalucía. Josep Antoni Duran i Lleida, de CiU, espetó en plena campaña electoral en octubre de 2011 que los agricultores andaluces reciben el subsidio para pasar el día en el bar. «Cataluña –dijo– no está justamente tratada en materia de aportación fiscal al Estado. Mientras los payeses catalanes no pueden recoger la fruta por los bajos precios, en otros sitios de España con lo que damos nosotros de aportación al Estado, reciben un PER para pasar una mañana o toda la jornada en el bar del pueblo».
En otras ocasiones es el habla andaluza motivo de mofa.
En 2011, Artur Mas, entonces president de la Generalitat, tuvo la ocurrencia de decir que «los niños en Sevilla, Málaga o Coruña hablan castellano, pero a veces no se les entiende».
En otra ocasión, en 2009, la diputada del PP en el Parlamento catalán Monserrat Nebrera, se burló del acento andaluz de la que fuera ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Primero dijo que la ministra tenía un acento que parecía «un chiste». Luego amplió el argumento para añadir que el acento le parecía «chulesco y atragantado, agigantado en su incomprensibilidad por el hecho de ser andaluz y, por tanto, rápida»
Otro dirigente de ERC, Joan Puigcercós, dejó también constancia de sus críticas a Andalucía como táctica para defender a Cataluña. Puigcercós afirmó en noviembre de 2010 que una Cataluña independiente generaría «más oportunidades» económicas, algo que actualmente ve imposible porque «tenemos a la Agencia Tributaria instalada en casa, mientras que Madrid es una fiesta y en Andalucía no paga impuestos ni Dios».

Los socialistas anunciaron que presentarán una iniciativa de reprobación en el Parlamento andaluz al candidato de CiU por sus declaraciones «intolerables e injustas» hacia la Comunidad. Para el portavoz del PSOE-A, Mario Jiménez, estas afirmaciones suponen «un ataque para el Gobierno andaluz», al que «ha ofendido y se ha dirigido en tono insultante directamente contra una consejera del Gobierno andaluz».
También desde su cuenta personal de Twitter, el presidente del Partido Popular de Andalucía, Javier Arenas, pidió al catalán que muestre «respeto» hacia Andalucía y le instó a mirar «los cientos de miles de andaluces que han ayudado a levantar Cataluña». «Las ideas no son superiores por insultar a los demás», sentenció Arenas. El líder regional de IU, Diego Valderas, tildó la actitud del dirigente catalán como «injusta, insolidaria y xenófoba» con los jornaleros andaluces.




Ahora, dada la proximidad del referéndum independentista del 1 de octubre se habla mucho de catalanofobia. Existe un sentimiento de aversión hacia este pueblo por parte de mucha gente en España en relación con todo el procés y más que nada basado en la información que nos inunda por parte de los medios de comuniación mayoritarios. Más bien diría yo que no es un odio o desprecio a lo catalán y al catalán, sino un sentimiento de hastío y muchas veces de impaciencia ante la tendencia victimista de cierto sector del independentismo que ha difundido ideas como que "Espanya ens roba" y que pueblos más desafortunados y olvidados desde siempre por ese estado español vivimos de ellos.
También es cierto que el debate entre independentistas y españolistas está cada vez más encendido y es menos racional, y a veces encuentro la utilización de ciertos argumentos por parte de ambas facciones más radicales muy lamentables.
Pero lo preocupante es que hay que tener mucho cuidado con hacer cualquier crítica en redes sociales al proceso independentista... te lloverán insultos, descalificaciones, serás acusada de ser mentirosa, te insultarán directamente, te dirán que haces propaganda fascista y no sé cuántas cosas más.

Se puede hablar de catalanofobia, se argumenta con este concepto hasta la saciedad y se victimiza al pueblo catalán que no dudo que ha sido reprimido, pero si yo reivindico el concepto de andaluzofobia que en mi propia experiencia vital experimenté muy marcada y duramente en los años que viví en Cataluña, se me acusa de mentir y de hacer propaganda fascista, a la vez que soy una pobre ignorante cegada que no ve la manipulación que los medios hacen sobre mi debilitado intelecto no independentista.
No hablemos de la historia de Andalucía, del ninguneo y el olvido sistemático que ha sufrido esta tierra, de la no inversión en tejido industrial por parte del gobierno central, de la cantidad de emigrantes que se tuvieron que marchar, de los jornaleros... ¿para qué?


Voy a contar una única anécdota que me parece muy ilustrativa. Yo fui a trabajar a la provincia de Tarragona en sanidad, y un día tuve que hablar con otra profesional de origen catalán a propósito de un usuario. Esa otra profesional desde el primer momento utilizó un tono prepotente y despectivo conmigo, y cuando yo le contesté siempre desde la profesionalidad que según mi criterio su decisión no era adecuada empezó a descalificarme como persona y por mi acento. Le contesté que no iba a seguir hablando con ella y que me dijera su nombre para poder localizarla y su respuesta fue "no te voy a decir mi nombre porque no eres capaz de pronunciarlo bien" y me colgó. Esta una anécdota entre muchas, pues repetidamente escuché la retahíla de que los andaluces somos "vagos, borrachos y ladrones" y hasta varias veces tuve que oír que aquí no trabaja nadie y que vivimos todos del PER que ellos nos pagan. Sí, la mayoría de la gente era razonable y normal, pero me encontré con estos comentarios con demasiada frecuencia, lo que indica una andaluzofobia sistémica de la que nadie dice nada porque no conviene.

Así pues sigamos insistiendo en que no existe la andaluzofobia en Cataluña y en el resto de España, en menospreciar las experiencias que ha tenido cada una desde el sitio en que le ha tocado vivir y ser, en no querer ver las imperfecciones propias, en verse a uno mismo como una víctima de opresiones que otros no pueden sufrir "porque no, porque yo lo digo y punto" y sálvese quien pueda.

Después de esto, repito: estoy a favor de que Cataluña se independice si eso es lo que quiere la mayoría de catalanes y además admito que no es asunto mío ni del resto de España. Yo como andaluza hablo de lo que a mí me afecta y de lo que yo he vivido.
Y esta es una muestra de mi experiencia de andaluzofobia vivida en Cataluña, por si a alguien le aporta algo.
Y no recibo subvenciones de ningún fascista.


PD: Me comentan por ahí que este post se pude interpretar como una forma de "desprestigiar al movimiento independentista", cosa que me deja boquiabierta. Por 2 motivos:

1-Un miserable blog personal que sólo leen 4 amigas no puede desprestigiar a nadie. Hay que sentirse un poco ombligo del mundo para creerse atacado por alguien que lleva una humilde cruzada personal contra la andaluzofobia (que, repito, se da en toda España, ojo, no sólo en Cataluña) hace tiempo sólo porque hay que vender una imagen de un pueblo catalán sufridor y noble. Mi experiencia fue en Cataluña, hace años que está en marcha el proceso independentista, ¿y eso implica que yo estoy haciendo una campaña de desprestigio? Seamos serios...
2-Intentar anular e invisibilizar una opresión, aunque sea tan despreciable y poco importante como la andaluzofobia para magnificar la propia, está un poco feo... ¿acaso hay opresiones de primera y de segunda? ¿Es preciso mandar a callar a todos los que hemos tenido experiencias negativas en aras del prestigio de un proceso independentista? Si el proceso se sostiene por sí mismo, por su intrínseca legitimidad, aguantará cualquier crítica que se le pueda hacer (en este caso constructiva).

Y mi experiencia en esa tierra fue nefasta, no lo niego, me duele cada cosa que  me dijeron, lo diré mil veces y no lo callaré. Pero no me hace desearle el mal a esa tierra y a quienes viven allí. Sólo me interesa visibilizar la andaluzofobia y dejar claro que hay luchas que no son tan nobles como las pintan. El fin no justifica los medios, y desprestigiar al pueblo andaluz para ensalzar a otro pueblo es vil.

MI blog es mi voz, no es más que eso. Ni menos.
Dicho esto, que vengan a llamarme fascista imperialista. No me afectará.

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