jueves, 2 de junio de 2016

Lilith: la primera mujer

Cuentan algunos autores que la historia de Lilith, la mujer que encarna lo demoníaco y lo oscuro según la tradición judeocristiana, arranca en las inscripciones mitológicas summerias.
Según éstas, los dioses y semidioses emergieron de un océano infinito que simbolizaba el Caos primigenio. Lilith simbolizaba la parte femenina de uno de los semidioses hermafroditas que manaron del Abismo para servir a los primeros dioses de las profundidades. Lilith se erige como un "espíritu del viento nocturno" (traducción summeria de Lilitu o Lamatsu), cuya misión primordial era custodiar las puertas que separaban el plano físico del espiritual, actuando, por tanto, como guía hacia la sabiduría de la inmortalidad. Y es debido a su carácter de guía por lo que aparece representada portando los anillos de Shem, los símbolos más antiguos que demuestran que un individuo ha cruzado hacia la inmortalidad y alcanzado la sabiduría del Árbol del Conocimiento.

La iconografía summeria de Lilith representa a una joven doncella alada que atrae a los hombres al templo de Ishtar para celebrar ritos sexuales con las sacerdotisas vírgenes de la diosa para alcanzar una transformación espiritual y regenerar el cuerpo físico prolongando así la vida mortal. De esta forma, Lilith como "mano de Ishtar" hace partícipes a los hombres de los misterios rituales del templo.Las sacerdotisas del templo se especializaban en ritos de índole sexual en los que participaban otros sacerdotes (incluso hombres ajenos al templo, como personajes de alta alcurnia), pero siempre era la voluntad de la sacerdotisa la que prevalecía sobre la de los hombres. Con estos ritos se pretendía obtener una serie de beneficios físicos y espirituales: la elevación del espíritu a estados de éxtasis o la tan añorada “eterna juventud” mediante la regeneración del cuerpo. Para esto, la sacerdotisa realizaba ofrendas misteriosas con la sangre de su menstruación.
Durante los últimos decenios de dominación asiria se puso fin a los ritos sexuales celebrados en el templo, eliminando así el sacerdocio femenino e imponiendo una religión marcada por la presencia de dioses masculinos que simbolizaban y reforzaban la imagen de un poder político centralizado exclusivamente en hombres de estirpe real.

El afianzamiento de un sacerdocio únicamente masculino y el declive del culto a la diosa Ishtar despojó a Lilith de su aureola semidivina, y pasó a ser representada como una figura demoníaca a la que se atribuían la muerte prematura de los bebés recién nacidos y los abortos naturales. Lilith deja de ser la imagen de la fertilidad para estar vinculada a la esterilidad y las muertes de los neonatos, una iconografía que recuperará el Talmud hebreo y los escritos bíblicos.Así, en la tradición asiria, Lamastu era un ente nocturno maligno que dañaba a los seres humanos acarreándoles ciento una enfermedades de diversos tipos, matando a los niños recién nacidos o los que estaban por nacer y chupándoles la sangre a todos sin excepción. Era una diosa temida en especial por las mujeres embarazadas que para protegerse usaban amuletos de otro dios, Pazuzu, que una vez consiguió someter a Lamastu. 

El aspecto negativo que los asirios impusieron a Lilith ya está plenamente asentado entre los griegos quienes la identifican con Lamia (derivación del nombre Lamastu), un ser malicioso y equiparable a otros demonios femeninos. En la leyenda, Lamia era hija de Poseidón y de Sibilia, reina de Libia. Lamia había atraído con su belleza el interés de Zeus, con quien engendró varios hijos, hasta que Hera, la celosa esposa de Zeus, lo descubrió y se vengó obligándola a devorar a sus propios vástagos, condenándola además a no poder cerrar sus ojos para que siempre estuviera obsesionada con la imagen de sus hijos muertos. Pero Lamia, en vez de acudir a Zeus y pedir su protección, huyó, y éste terminó por renegar de ella aunque le otorgó el don de poder extraerse los ojos para así descansar. Presa del dolor, fue transformándose en un ser nocturno dotado de extremidades marinas. Lamia, sintiendo envidia de otras madres, devoraba a los hijos de éstas para alimentarse de su sangre y maldecir la vida a la que había sido condenada. La iconografía griega solía representar a Lamia como una mujer con extremidades de serpiente marina y pechos y rostro de mujer. La creencia grecorromana a su vez se transmitió a leyendas medievales, repartidas por toda la geografía europea, donde estos seres son representados con rostro de mujer y el cuerpo de dragón. También se alimentaban de niños.
Lamia griega

Lilith vuelve a aparecer en la tradición hebrea a través de los semíticos residentes en Babilonia.  Frente a las dudas que ha generado el fragmento del Génesis «y creó Dios al hombre (Adán) a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó», han surgido interpretaciones de diferentes rabinos a lo largo de la historia que plantean que, o bien Adán fue creado inicialmente como un andrógino (que poseía un cuerpo femenino y uno masculino unidos por la espalda), o, como recoge en su obra el mitólogo inglés Robert Graves, hubo otra mujer antes que Eva, la rebelde Lilith, que finalmente abandonó el paraíso. Otras interpreaciones rabínicas refieren que «Dios formó a Lilith del mismo modo que había formado a Adán, aunque utilizó inmundicia y sedimento en lugar de polvo puro». La inmundicia habría convertido a esta criatura en un demonio del que, a su vez, nacieron otras criaturas malignas que «todavía atormentan a la humanidad». Estos demonios hembras se dedicaban a atacar a las madres durante los partos con el fin de robar al recién nacido para luego matarlo. 
En este sentido, existe otra interpretación que presenta a Lilith como una criatura igual a Adán, hecha de polvo puro, que se rebela contra los designios divinos y muestra un marcado carácter. En el Alfabeto de Ben Sira (escrito entre el siglo VIII y el XI), se narra cómo Lilith se resistió a yacer por debajo de Adán: «¿Por qué he de yacer debajo de ti? Yo también fui hecha con polvo y por tanto, soy tu igual», afirmó Lilith, que, al ser forzada por Adán a obedecerle, pronunció el nombre de Dios en vano y decidió abandonar el Edén con dirección al Mar Rojo.Esta versión de Lilith se ha emplazado como una representación de las mujeres canaaneas y su visión de las relaciones sexuales en un periodo, hacia el 586 a.C, en el que se fusionaron parcialmente los panteones propios de los canaanitas con los hebreos. De esta manera, la demonización de Lilith es una crítica a las prácticas de las mujeres canaaneas dadas a mantener relaciones sexuales pre-matrimoniales y a una sexualidad más abierta que la mostrada por las hebreas.
Hoy suele interpretarse esto como un mismo hecho explicado dos veces,  y que más tarde creó de la costilla de Adán a Eva. Así, la primera mujer es, al mismo tiempo, la primera "desaparecida" de la Historia: su nombre fue borrado de la Biblia (se le menciona sólo una vez -Isaías 34:14-, aunque esta mención no resulta clara en todas las traducciones al español).

Tras abandonar el paraíso, Lilith se asentó en la costa del Mar Rojo. Esta región se caracterizaba, según esta tradición mitológica, por la presencia de innumerables demonios, con los cuales engendró nuevas criaturas, «a razón de más de cien por día». Ante este hecho, Dios envió a un grupo de ángeles para exigirla que volviera con Adán: «Regresa con Adán de inmediato o te ahogaremos». A lo que ella respondió que ya no podía regresar porque «Dios me ha ordenado que me haga cargo de todos los recién nacidos, de los niños hasta el octavo día de vida (el de la circuncisión) y de las niñas hasta el vigésimo día». Finalmente, Dios permitió vivir a Lilith, pero la castigó haciendo que cientos de sus hijos demoníacos perecieran cada día. 
 Lilith exclamó que incluso esta suerte era mejor que regresar al Edén y a la sumisión a Adán. Tan pronto como los Ángeles cumplieron su amenaza, Lilith también hizo una terrible proclamación. En respuesta por el dolor infligido, mataría a los hijos de Adán. Juró atacar a los niños, e incluso a sus madres, durante el nacimiento. Juró también que los recién nacidos estaban en peligro de ser objeto de su ira, las niñas por veinte días y los niños por ocho. No solo esto, sino que también atacaría a los hombres en su sueño, robándoles su semen para dar nacimiento a más niños demonio, que reemplazarían a esos asesinados cada día.se convirtió en un demonio que rapta a los niños en sus cunas por la noche y una encarnación de la belleza maligna así como la madre del adulterio.
Lady Lilith, Rossetti

Lilith prefirió su libertad, aunque fuera en una caverna, y desde que fue expulsada del Edén y de la Biblia ha sido tradicionalmente madre de demonios, Reina de los Vampiros, Reina de la Oscuridad, representación de todo lo oscuro y lo prohibido, tal y como lo es el cuerpo de la mujer en la sociedad patriarcal.
Lilith es convertida en un ser maligno y prohibido y borrado de la Historia por negarse a someterse al Hombre, hecho a imagen y semejanza de ese dios cristiano que la repudia por hablar y desear por sí misma y es desechada y condenada para ser sustituida por una costilla fiel y sumisa. 
Esto es lo que la tradición judeocristiana espera de las mujeres: o la sumisión completa o la demonización. Un gran avance desde la antigua tradición summeria en que Lilitu era un espirítu alado que guiaba a los  hombres hacia la sabiduría...

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