lunes, 1 de agosto de 2016

Lealtad

"Ser leal a sí mismo es el único modo de llegar a ser leal a los demás".
Vicente Aleixandre

La lealtad es una devoción de un sujeto o ciudadano con un estado, gobernante, comunidad, persona, causa o a sí mismo. No existe acuerdo entre los filósofos sobre cosas o ideas a las que se puede ser leal. Algunos sostienen que se puede ser leal a un espectro muy amplio de cosas, mientras que otros argumentan que solo se puede ser leal a otra persona y que ello es una relación estrictamente interpersonal.
La lealtad es un valor que básicamente consiste en nunca darle la espalda a determinada persona o grupo social que están unidos por lazos de amistad o por alguna relación social, es decir, en el cumplimiento de valores de honor y gratitud.
V. Aleixandre

La lealtad posee numerosos aspectos y aristas. John Kleinig, profesor de filosofía en la City University of New York, resalta que con el transcurso de las épocas la idea ha sido motivo de análisis por escritores creativos desde Esquilo a John Galsworthy y Joseph Conrad, y tema de estudio de psicólogos, psiquiatras, sociólogos, estudiosos de la religión, economistas políticos, estudiosos del ámbito de los negocios y la mercadotecnia, y teóricos de la política, que se ocupan de aspectos como los juramentos de lealtad y patriotismo. Como concepto filosófico, la lealtad no fue tema de estudio de los filósofos hasta el trabajo de Josiah Royce. Ladd atribuye esto a asociaciones «odiosas» que posee el tema con el nacionalismo, incluido el nacionalismo del nazismo, y con la metafísica del idealismo, a lo que caracteriza como «obsoleto». Ladd sostiene que sin embargo dichas asociaciones como erradas, y que la idea de lealtad es «un componente esencial en todo sistema humano y civilizado de moral».
J. Conrad

Josiah Royce en su libro The Philosophy of Loyalty (traducido: La filosofía de la lealtad) publicado en 1908 presenta una definición diferente del concepto. Royce sostiene que la lealtad es una virtud primaria, «el centro de todas las virtudes, el deber central entre todos los deberes». Royce presenta la lealtad como el principio moral básico del cual se derivan todos los otros principios. La definición breve que presenta es que la lealtad es «la devoción consciente y práctica y amplia de una persona a una causa». La causa debe ser una causa objetiva. No puede ser uno mismo. Es algo externo a la persona que se espera encontrar en el mundo externo, y que no es posible encontrarlo en uno mismo. No trata sobre uno mismo sino sobre otras personas. La devoción es activa, una rendición del deseo propio a la causa, que uno ama. Según Royce, la lealtad es social. La lealtad a una causa una a los numerosos seguidores de la causa, uniéndolas en su servicio.
Juramento de lealtad a la bandera

A partir de esta definición, Royce construye un marco moral basado en la lealtad, utilizando la idea de lealtad a la misma lealtad. Para ello, Royce distingue entre las causas buenas y las causas malas, define a las causas buenas como aquellas que promueven lealtad a la lealtad. En otras palabras, la lealtad a tal causa habilita, promueve, o desarrolla las habilidades de otras personas a ser leales a sus causas. No es una buena causa aquella que destruye el objeto de la lealtad legítima de otra persona. De esto se pueden derivar las virtudes de verdad, justicia, benevolencia, y cortesía. 

La lealtad a niveles más básicos es cumplir con lo que hemos prometido, incluso cuando las circunstancias son adversas. Se concibe como  una obligación moral que tenemos con una pareja, un amigo, un compañero de trabajo, un familiar, y si no se hace uno es considerad como un execrable traidor.


 Por lo que hemos visto, podemos distinguir entre dos conceptos de lealtad, el más vulgar y ramplón, el que se utiliza en el día a día para forzar las relaciones humanas, y uno más elevado y complejo manejado como concepto ético.
La lealtad es una devoción, de acuerdo, pero debe ser "consciente y práctica y amplia", no ciega ni tampoco inmoral, como nos dice Royce. No se puede exigir a alguien en nombre de la amistad o del amor que pruebe su lealtad a expensas de hacer algo inmoral o que esté en contra de sus propios ideales. Ese concepto de lealtad podrá ser adecuado para una novela de caballerías, pero no para una persona que forma parte de una sociedad avanzada moralmente.
Según el concepto de lealtad de Royce no se puede exigir la misma, hay que convencer para ganársela. Y desde el momento en que una persona no respeta a la otra, no la quiere por lo que es y por cómo es, no hay motivos para guardar ninguna lealtad. No se puede exigir nada cuando no se da. 
¿Quién es más traidor? ¿El que da la espalda a los lazos de sangre rebajándolos a una relación distante y tenue, o quien no cumple unas normas que nunca se comprometió moralmente a cumplir?

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