jueves, 7 de noviembre de 2019

Priapo

El priapismo es una condición en la que el pene sigue erecto durante horas en ausencia de estimulación o después de que la estimulación ha terminado. Se divide en tres tipos: el priapismo isquémico (flujo bajo), el priapismo no isquémico (flujo alto) y priapismo recurrente isquémico (intermitente). Muy rara vez, se produce el priapismo de clítoris en las mujeres.​​ El priapismo se presenta en aproximadamente 1 de cada 20,000 a 1 por cada 100.000 varones cada año.
La palabra priapismo proviene del nombre del dios griego Príapo (en griego antiguo, Πρίαπος ), un dios de fertilidad a menudo representado con una erección permanente y desproporcionada; en la civilización clásica encarnaba la fuerza fecunda de la naturaleza. De hecho, en la Casa de los Vettii, una villa de Pompeya, existe una pintura con la representación de este dios, que hace referencia explícita a su potencia sexual. Como tantos otros términos, la medicina lo ha tomado prestado para describir una erección permanente y dolorosa sin excitación sexual, cuya causa se desconoce.


En la mitología griega, Príapo es un dios menor rústico de la fertilidad, tanto de la vegetación como de todos los animales relacionados con la vida agrícola, y un personaje puramente fálico. Era adorado como protector de los rebaños de cabras y ovejas, de las abejas, del vino, de los productos de la huerta e incluso de la pesca. Príapo tenía tantos rasgos en común con los otros dioses de la fertilidad que los órficos le identificaban con sus místicos Dioniso, Hermes, Helios y demás. Las leyendas áticas le relacionan con seres tan sensuales y licenciosos como Conisalos, Ortanes, Fonile y Ticone. En cierta manera su equivalente en la mitología romana, donde fue mucho más popular que en la griega, era Mutinus Mutunus, la personificación del poder fructífero de la naturaleza.





El dios era también el patrón de los marineros. Los marineros usaban su estatua para protegerse y guiarse en mar abierto. En la colección de poemas llamada Priapeia, pensada para ser escrita en el período clásico, encontramos una colección de epigramas sobre el dios y su gigantesco miembro. Se creía que los poemas habían sido escritos por un grupo de poetas que se reunían en la casa de Mecenas, un mecenas de poetas. El dios se jacta del tamaño de su hombría, de su virilidad y advierte del castigo sexual que infligirá a cualquier intrusión en sus jardines o campos. Los Fastos de Ovidio, publicados en el año 8 d.C., hablan del dios que intenta acercarse sigilosamente a la ninfa, Lotis, cuando cae en un estupor de borracha en una celebración. Desafortunadamente, un burro advierte a los asistentes del partido de las acciones inminentes de Priapus y despierta a todo el mundo. Ella le impide que la ataque y el dios se escabulle. Priapo más tarde mata al burro, lo que lleva al sacrificio popular por parte de la ciudad de Lampsacus.


Priapo aparece en muchas obras de la literatura moderna, incluyendo las de Vladimir Nabokov, TS Elliot y John Steinbeck. Su influencia también es notable en las religiones. La iglesia de San Priapo, una religión pagana, adora el falo. Los seguidores creen en la adoración a través de la masturbación en grupo y tratan el semen como algo divino. La Iglesia Gnóstica Católica veneraba al dios como un santo junto con otros santos como Krishna, Mohammed, Merlin, Friedrich Nietzsche y Sir Aleister Crowley.
Luciano cuenta en Sobre la danza que Príapo era considerado en Bitinia un dios guerrero, un tutor rústico del infante Ares. Príapo suele ser considerado hijo de Dioniso y Afrodita. Se dice que ésta había cedido a los abrazos de Dioniso, pero durante la expedición de éste a la India le fue infiel y vivió con Adonis (quien sería su padre según un escolio Sobre Licofrón señalado por Kerényi 1951). A la vuelta de Dioniso Afrodita volvió a su lado, pero pronto le abandonó de nuevo y marchó a Lámpsaco para dar a luz al hijo del dios. Hera, decepcionada por la conducta de Afrodita, la tocó y su poder mágico hizo que alumbrase un hijo extremadamente feo y con unos genitales inusualmente grandes. En Helicón (Beocia) el escritor y viajero Pausanias señalaba una estatua de Príapo que era «digna de verse». Sin embargo, según otras fuentes Príapo era hijo de Dioniso y de una náyade o de Quíone y dio su nombre a la ciudad anatólica de Príapo, actual Karabiga,​ mientras otras también le describen como hijo de Adonis con Afrodita,​ de Hermes,​ o de un padre de largas orejas, esto es, de Pan o de un sátiro.



Príapo se solía representar  con un enorme falo en perpetua erección o en posición fálica, símbolo de la fuerza fecundadora de la naturaleza. Los romanos solían colocar en sus jardines estatuas de Príapo, normalmente con la forma de toscas hermas de madera de higuera, manchadas de bermellón (de aquí que el dios fuese llamado ruber o rubicundus), con un enorme falo erecto, llevando fruta en su ropa y una hoz o una cornucopia en la mano. Su función era la de garantizar una abundante cosecha. Príapo alejaba el mal de ojo y su estatua protegía las huertas de los ladrones. 

El origen probable de sus seguidores está en la antigua Grecia, en las cercanías de Hellespont. La ciudad de Lampsacus es considerada como el lugar de nacimiento del dios debido al ritual que allí se realiza. Los seguidores realizaban un sacrificio ritual de burros que estaba directamente relacionado con Priapus. En el arte, el dios es representado ocasionalmente en una gorra persa, lo que implica posibles orígenes no griegos. Su influencia continuó hasta la era apostólica (33 – 100 d.C.) aproximadamente.

Las historias de Priapo se centran principalmente en su órgano desproporcionado. Las estatuas del dios fueron colocadas en los campos para ofrecer protección y, con suerte, producir una cosecha abundante. La estatua también representaba un símbolo de no entrada. Aquí implicaba que los intrusos se arriesgarían a una violación violenta si cruzaban la frontera establecida en el lugar. La violación de hombres y mujeres era algo común en las historias y mitos de la antigüedad.
Existen abundantes relatos en la literatura clásica relacionados con violaciones producidas por Priapo y por su hazañas sexuales, centradas en su gran falo. En el griego antiguo no existe una palabra asociada al término "violación", por lo que podemos ver que siendo un dios menor aun así con un culto muy extenso la cultura patriarcal y falocéntrica estaba más que implantada y la violación normalizada no como una agresión sino como una hazaña sexual del macho.
Poco ha cambiado la sociedad desde entonces, rindiendo culto al macho con gran falo, cosa que podemos ver en el culto a actores porno y a la cultura pornográfica en general.


wikipedia

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