martes, 29 de marzo de 2016

Al silencio



Oh voz, única voz: todo el hueco del mar,
todo el hueco del mar no bastaría,
todo el hueco del cielo,
toda la cavidad de la hermosura
no bastaría para contenerte,
y aunque el hombre callara y este mundo se hundiera
oh majestad, tú nunca,
tú nunca cesarías de estar en todas partes,
porque te sobra el tiempo y el ser, única voz,
porque estás y no estás, y casi eres mi Dios,
y casi eres mi padre cuando estoy más oscuro.

Gonzalo Rojas


En uno de los países más ruidosos del mundo yo también canto al silencio, lo añoro, lo busco.
Me duelen los gritos, me desgarran las meninges los decibelios derrochados con desenfreno, me entristecen las carcajadas alcoholizadas de las calles que vienen a turbar mi sueño, me sobresaltan el corazón las voces elevadas con desconsideración de quienes no se paran a pensar en las almas que anhelan sumergirse en el silencio profundo de sus propias reflexiones y en el silencio alegre y bullicioso del cantar de los pájaros y del correr del viento.
Ruidosos del mundo, yo os condenaría al infierno del ruido eterno.

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