viernes, 8 de julio de 2016

Dolce far niente

"Hay muchas formas de disfrutar “il dolce far niente” y para cada persona puede haber una diferente. Lo importante es que sea algo que se pueda disfrutar, que haya un balance entre estar ocupado y tener tiempo de no hacer nada, de descansar sin necesidad de estar ‘produciendo’. Lo dulce de no hacer nada significa llegar al punto en el que no hay nada en exceso, sólo lo suficiente" (Nardone, 2009)


“Dolce far niente” de John William Godward

En italiano "dolce far niente" viene a significar "ociosidad que resulta agradable". Me pregunto en qué momento de nuestro devenir como animales humanos dejamos de considerar cualquier ocio como agradable. 
Cualquier otra especie animal invierte su tiempo de vida en alimentarse y realizar sus funciones vitales y sobre todo en descansar plácidamente, pero nosotros tenemos desde hace unos siglos el deber de producir y trabajar. No es pues algo "natural y biológico". Es algo dado por la sociedad de consumo en que vivimos. Y en esta sociedad en que "el tiempo es oro", literalmente, nuesta ociosidad es también un bien de consumo, aparte de horas de trabajo que le quitamos al capitalista.
Por eso está mal visto estar ocioso, y hasta la pereza es un pecado.

Hay frases que nos enseñan a evitarlo como la peste:


"Así corrompe el ocio al cuerpo humano, como se corrompen las aguas si están quedas".
Ovidio (43 AC-17) Poeta latino.

"Estar en ocio muy prolongado, no es reposo, es pereza".
Séneca (2 AC-65) Filósofo latino.

"La ociosidad camina con lentitud, por eso todos los vicios la alcanzan".
San Agustín (354-430) Obispo y filósofo.

"Nada torna a la gente más desnaturalizada e insubordinada que una larga y constante ociosidad".
Stefan Zweig (1881-1942) Escritor austriaco.

Sin embargo es más posible que lo que resulte insoportable del estado de ociosidad a la mayoría de las personas sea el tener que afrontar los conflictos y los pensamientos más profundos del propio yo.
Mientras se está sumergido en una actividad que impide la instrospección no llegamos a conocernos a nosotros mismos y la relativa paz que procura el cumplimiento del deber impuesto y el desconocimiento de las heridas que no se ven la vida transcurre con calma y sin turbulencias.
El dolce far niente permite la introspección desde la relajación, la pausa, el descanso, la elección del ritmo de vida, la contemplación del entorno y del otro, de uno mismo, del fluir de la vida... 
El dolce far niente es indispensable para una vida plena y auténtica.


John William Godward


2 comentarios:

  1. Toda la razón, el estrés que sufrimos cada día nos pasa factura, es importante relajarse sin hacer ni pensar en nada.

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