martes, 5 de julio de 2016

El Penacho de Moctezuma


El penacho de Moctezuma es un tocado de plumas de quetzal engarzadas en oro que actualmente se encuentra en el Museo de Etnología de Viena, en Austria, que según la tradición perteneció al tlatoani Moctezuma Xocoyotzin (1466-1520), aunque no hay certeza histórica de ello, ni autenticidad de su antigüedad. A lo largo de varios siglos, la pieza ha cambiado de dueños en varias ocasiones hasta parar en VienaAustria
El penacho es en realidad un quetzalapanecáyotl, una obra de los amantecas o artistas mexicas especialistas en la creación de objetos con plumas. Tiene una altura de 116 cm y un diámetro de 175 cm. El centro del penacho está hecho con plumas azules del ave xiuh totol, y tejuelos de oro en forma de medias lunas con piedras preciosas. Sigue una zona rosa de plumas de tlauquechol y otra zona de plumas marrones de cuclillo, de donde sale una hilera de plumas verdes de quetzal, algunas de hasta 55 cm. de largo. Sigue otra zona también de plumas de quetzal. En total tiene más de 222 plumas de quetzal

La historiadora e investigadora mexicana Carmen Cook de Leonard afirma que esta pieza es sólo uno de muchos penachos que poseía Moctezuma y que no se trata de una pieza única e irreemplazable. Moctezuma poseía muchas riquezas y utilizaba diferentes ornamentos como éste. Según esta teoría, Hernán Cortés entabló conversaciones con Moctezuma, incitándolo a convertirse a la religión católica monoteísta y a ser vasallo del rey Carlos I. Esto concienció a Moctezuma de la guerra que se aproximaba y probablemente para comprar tiempo para organizarse dio a Cortés en conjunto con otras 158 piezas este penacho, en forma de regalo para su rey, Carlos I. Así, estas piezas fueron inventariadas y enviadas a Europa, a Alemania, donde en ese momento residía el rey.


Los habitantes del México prehispánico desarrollaron culturas mágicas. Los imponentes templos que trataban de alcanzar las nubes, las vestimentas multicolores y la pintura sobre los cuerpos, la obediencia ante el poder maravilloso de las fuerzas de la naturaleza, la confianza ciega hacia los gobernantes reverenciados como vicarios de los dioses, y la sabiduría derivada de la observación del cosmos, convirtieron a los mexicas en una de las civilizaciones supremas del mundo antiguo.
Tres años antes de la llegada de los españoles, Moctezuma II observó desde un mirador de su palacio, el cometa que apareció en Tenochtitlán. El tlatoani dedujo que Quetzalcóatl anunciaba su regreso.
Historiadores aseguran que ni Moctezuma ni los anteriores reyes aztecas utilizaban penacho. En cambio, para indicar su potestad, se ponían una especie de corona de lámina de oro llamada “copilli”, símbolo del más alto poderío, y que según todas las referencias iconográficas,  Moctezuma II portó desde el principio de su reinado.

Las investigaciones históricas sobre esta pieza indican que el penacho que Moctezuma envió de regalo a Cortés fue un tocado de plumas de quetzal engarzadas en oro y piedras preciosas (quetzalapanecáyotl) de origen tolteca, no mexica, que fue elaborado para Quetzalcóatl, rey de Tula, o para alguno de sus sacerdotes a finales del Siglo 10. Por  tanto, la pieza no tiene 500 años, sino mil. 
En noviembre de 2012, tras una minuciosa restauración de ocho años,  el Penacho de Moctezuma regresó a vitrinas del Museo de Etnología. Especialistas de México y Austria trabajaron en el famoso tocado de plumas de quetzal engarzadas en oro y piedras preciosas. El  majestuoso artefacto se exhibe junto a otros objetos de la época precolombina en el Museo de Etnología de Viena, en Austria.
En el Museo de Antropología de México se expone una copia del mismo y se ha reivindicado varias veces la repatriación del original, pero su fragilidad hace que los expertos desaconsejen su desplazamiento.
En todo caso hay que reconocer que es una pieza fuertemente simbólica y cargada de significado que llama poderosamente la atención.
Museo de Antropología de México

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