jueves, 7 de julio de 2016

Hedonismo

"Cuando decimos que el placer es el bien supremo de la vida, no entendemos los placeres de los disolutos y los placeres sensuales, como creen algunos que desconocen o no aceptan o interpretan mal nuestra doctrina, sino el no tener dolor en el cuerpo ni turbación en el alma." Tomado de carta a Meneceo.
Para Epicuro de Samos, filósofo griego que vivió en el periodo comprendido entre los siglos IV y III a.C, primer impulsor del hedonismo, la felicidad debía ser el anhelo inconfundible de todo hombre y por la cual tenía que luchar toda su vida por conseguirla. Dentro de esta supuesta felicidad que, para Epicuro, los hombres debían alcanzar, tendría que establecerse un cierto orden tanto en las riquezas materiales como espirituales.
Epicuro de Samos

El hedonismo ético está confrontado con la escuela de Epicuro, por tanto es factible entender este primer concepto también como ética epicúrea. La ética epicúrea fue extraída de la escuela de Epicuro y sostiene que el hombre, si bien debe aferrarse a los placeres corpóreos (comida, bebida, materiales, etcétera), tiene que concebir como prioridad aquellos placeres intelectuales (amor, sabiduría, etcétera), llamados también como placeres superiores. A su vez afirman que los individuos deben utilizar sabiamente su razón para poder quedarse con aquellas cosas y sensaciones que otorguen, en un lapso de tiempo largo, felicidad y placer.

La escuela filosófica conocida como escuela cirenaica fue fundada por Aristipo de Cirene, seguidor y discípulo de Sócrates. Con base en la afirmación de Sócrates de que la felicidad es uno de los fines de la acción moral, Aristipo mantenía que el placer era el bien superior. Decía que las gratificaciones corpóreas, que consideraba intensas, eran preferibles a las mentales. Los cirenaicos también negaban que se pospusiera la gratificación inmediata por la ganancia a largo plazo. En este respecto difieren de los epicúreos. Esta escuela concentra características del hedonismo ético e identifica la búsqueda del placer como el logro del placer espiritual. Aristipo concluye en que el hombre debe de exterminar todas sus inquietudes para alcanzar su felicidad y para ello es necesario apelar a la autarquía. Los deseos personales se debían satisfacer de inmediato sin importar los intereses de los demás. (Primero mis dientes, luego mis parientes).

La escuela de Epicuro o epicureísmo considera encontrar la felicidad a través de una búsqueda racional de placeres. El epicureísmo integra cada una de las enseñanzas del filósofo griego Epicuro y cada opinión o agregado por aquellos seguidores del mismo. A diferencia de la escuela cirenaica, que sobreponía el placer corpóreo para lograr la felicidad, el epicureísmo sostenía que la verdadera felicidad se encontraba en los placeres intelectuales. Afirma que debe existir un equilibrio perfecto y absoluto entre la mente y el cuerpo para lograr la felicidad más pura.La doctrina que predicó Epicuro de Samos se ha modificado o confundido a través de la historia, hasta el punto que algunos lo toman como un libertino mientras que otros lo consideraron un asceta. Él consideraba que la felicidad consiste en vivir en continuo placer. Según él, existen otras formas de placer que se refieren a la ausencia de dolor o de cualquier tipo de aflicción. También afirmó que ningún placer es malo en sí, solo que los medios para buscarlo pueden ser el inconveniente, el riesgo o el error. Epicuro argumentaba que el placer más alto consiste en una vida simple, moderada, complementada con discusiones filosóficas entre amigos. Enfatizaba que no era bueno hacer algo que a uno le haga sentir bien si después de experimentarlo denigraría las experiencias posteriores y no le permitiría sentirse bien. Así mismo afirmaba que a veces por tener placeres momentáneos intensos se sacrifica el bienestar posterior.

Las dos escuelas convergen en su repudio por la superstición y la religión y sus bases en la conducta y el juicio mediante la experiencia y la razón. Así anticipan las posiciones del humanismo y del iluminismo posteriores.
Las ideas y enseñanzas de Epicuro lograron sostenerse durante siete siglos continuos. Al llegar la Edad Media, éstas empezaron a ser olvidadas con la aparición del Cristianismo y continuamente, con la quema de muchos de los escritos de este filósofo
Los epicúreos sostenían que el placer verdadero es alcanzable tan solo por la razón. Hacían hincapié en las virtudes del dominio de sí mismo y de la prudencia. En los siglos XVIII y XIX, los filósofos británicos Jeremy BenthamJames Mill y John Stuart Mill hicieron la propuesta de una doctrina universal más conocida como utilitarismo. Según esta teoría, el comportamiento humano debe tener como criterio final el bien social. Hay que guiarse moralmente buscando todo aquello que proporciona y favorece el bienestar de un mayor número de personas.
Stuart Mill

El término «hedonismo» puede tomarse en dos sentidos, lato y estricto. En el primero, el hedonismo sería una teoría ética de gran amplitud en la que la palabra placer tendría un significado muy extenso, que abarcaría tanto el placer como la utilidad; en este sentido, el utilitarismo se encuadraría dentro del hedonismo. En un sentido más restringido, el hedonismo se diferencia del utilitarismo, fundamentalmente, porque el primero cifra el bien en el placer individual, mientras que el segundo afirma como bien sumo el placer, el bienestar y la utilidad social. El hedonismo tiene un carácter individualista, el utilitarismo es de índole social y sostiene el punto de vista de que la satisfacción humana se encuentra en la búsqueda y posesión del placer material y físico.

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