lunes, 4 de julio de 2016

Panem et circenses

Esta frase tiene origen en la Sátira X del poeta romano Juvenal (sobre el 100 d.C.). En su contexto, la frase en latín "panem et circenses" es interpretada como la última atención al pueblo romano, quien había olvidado su derecho a involucrarse en la política. Juvenal muestra su desprecio por la decadencia de sus contemporáneos. Los políticos romanos desarrollaron un plan en 140 a.C. para ganar los votos de los pobres: regalar comida barata (pan) y entretenimiento (circo). Fue un instrumento eficaz en manos de los emperadores para mantener a la población dócil, y al mismo tiempo, dándoles la oportunidad de "expresarse" en los espectáculos salvajes de los circos y anfiteatros.
… desde hace tiempo —exactamente desde que no tenemos a quién vender el voto—, este pueblo ha perdido su interés por la política, y si antes concedía mandos, haces, legiones, en fin todo, ahora deja hacer y sólo desea con avidez dos cosas: pan y juegos de circo
… iam pridem, ex quo suffragia nulli uendimus, effudit curas; nam qui dabat olim imperium, fasces, legiones, omnia, nunc se continet atque duas tantum res anxius optat, panem et circenses.
(Juvenal, Sátiras X, 77–81)


El pan al que se refiere Juvenal es la annona, el pan subvencionado por el Gobierno de Roma. Todos los ciudadanos romanos tenían derecho a la manutención gratuita. La solución de los gobernantes fue optar por subvencionar ese trigo, vendiéndolo a un precio por debajo del que ofrecía el mercado libre. La idea fue del político populista Cayo Sempronio Graco y fue puesta en práctica en el año 123 a.C
Para los políticos la solución más cómoda para ascender en su carrera política era ganarse el favor del pueblo llano llenando sus estómagos. De ahí que el pan subvencionado llegase en el año 71 a.C. a ser gratuito para 40.000 ciudadanos romanosA partir de ahí los sucesivos gobernantes, como Julio César, aumentaban la cantidad de beneficiarios de este pan gratuito.

Hoy en día, cuando empleamos la frase "panem et circenses" nos referimos a que nuestros sagaces gobernantes nos desvían de los problemas sociales y políticos que realmente debería preocuparnos a través delos medios de comunicación y entretenimiento fijando nuestra atención por ejemplo en el fútbol, verdadero agitador de masas enfervorecidas, pero se olvidan del pan. Y nosotros también. Recortan en derechos sociales adquiridos a través de luchas sangrientas y recortan el trozo de pan conquistado. Y tal vez nos quieran convencer de que un sistema que da pan a todos no es sostenible. Pero si ese sistema puede perdonar los impuestos a los grandes equipos de fútbol y a los grandes corruptos, algo falla en ese razonamiento.
Más pan y menos circo, por favor.


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