Pájaro del agua
¿qué cantas, qué encantas?
A la tarde nueva
das una nostalgia
de eternidad fresca,
de gloria mojada.
El sol se desnuda
sobre tu cantata.
¡Pájaro del agua!
Desde los rosales
de mi jardín llama
a esas nubes bellas,
cargadas de lágrima.
Quisiera en las rosas
ver gotas de plata.
¡Pájaro del agua!
Mi canto también
es canto de agua.
En mi primavera,
la nube gris baja
hasta los rosales
de mis esperanzas.
¡Pájaro del agua!
Amo el son errante
y azul que desgranas
en las hojas verdes,
en la fuente blanca.
¡No te vayas tú,
corazón con alas!
Pájaro del agua
¿qué encantas, qué cantas?
Juan Ramón Jiménez, Baladas de primavera, 1907
Las baladas de primavera fueron gestadas en un paréntesis de tranquilidad y sosiego proporcionado por la experiencia de la primavera de 1907 y el reencuentro con el amor (Blanca Hernández Pinzón).
El poeta, tras su estancia en Madrid en un sanatorio por una depresión, vuelve a su pueblo natal y se reeencuentra con la autenticidad de la naturaleza, la sencillez de las relaciones en la vida del campo y su obra y su pensamiento experimentan un cambio.
Siempre en busca de la belleza absoluta, de la poesía y del espíritu que él intenta fundir con su lirismo.
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