jueves, 5 de enero de 2017

Cruz y delicia del corazón

È strano! è strano!
In core scolpiti ho quegli accenti!
Saria per me scentura un serio amore?
Che risolvi, o turbata anima mia?
Null´uomo ancora t´accendeva
Oh, gioia
chío non conobbi,
esser amata amando!
E sdegnarla poss'io
per l´aride follie del viver mio?

Ah, fors´è lui che l'anima
sloinga ne´tumulti
godea sovente pingere
de´ suoi colori occulti.
Lui, che modesto e vigilie
all'egre soglie ascese,
destandomi all´amor!

A quell´amor ch´è palpito
dell´universo intero,
misterioso, altero,
croce e delizia al cor.

Follie! Delirio vano è questo!
Povera donna, sola, abbandonata
in questo popoloso deserto
che appellano Parigi,
che spero or più? Che far degg´io?
Gioire!
Di vollutá ne´vortici perir!
Gioir!

Francesco Maria Piave, libreto de La Traviata de Verdi

( ¡Es extraño, es extraño!/ En el corazón tengo esculpidas esas palabras / ¿Sería una desgracia para mí un amor serio?/ ¿Qué decides, oh turbada alma mía?/ Ningún hombre te ha inflamado hasta ahora / ¡Oh alegría / que no he conocido! / ¡Ser amada amando! / ¿Y puedo desdeñarla / por las áridas frivolidades de mi vida?/ /Ah, quizás es él aquel que mi alma  / solitaria entre el tumulto / se complacía a veces en esbozar / en sus colores ocultos / Él, que modesto y solícito  / subió a las habitaciones de la enferma / despertándome al amor // A ese amor que es el hálito / del univero entero / Misterioso, altivo / Cruz y delicia del corazón // ¡Locuras! Esto es un delirio vano / ¡Pobre mujer, sola, abandonada / en este populoso desierto / al que llaman París! / ¿Qué más puedo esperar?, ¿Qué debo hacer? / ¡Gozar!/ ¡Perecer en los remolinos de placer! / ¡Gozar!)
Traducción de Claire Leopardo


Violetta acaba de saber que Alfredo la ama, con un amor apasionado y que dice poder con todas las convenciones sociales. No importa que Alfredo sea un joven adinerado de buena familia y que Violeta sea una mujer de baja extracción y de mala fama, o eso dice él.
Violetta sabe que eso no es cierto, que ella no merece ser amada en paz y sin lujuria, que las mujeres como ella no pueden aspirar a eso. Y por eso en este monólogo al final de la primera escena de La Traviata se debate entre el deseo de vivir un amor apasionado y verdadero y la certeza de que no podrá ser.
Se siente sola en "este populoso desierto llamado París"; a ella sólo se acercan los hombres por su belleza y por el lujo de sus fiestas. No existen los verdaderos amigos. En los días de enfermedad y miseria nadie estuvo a su lado. En el fondo, aunque lleva una vida superficial y frívola, basada en su imagen, en el placer físico, en satisfacer los sentidos, siente la soledad y el vacío de un corazón hueco. Parece que ceder a la insistencia de Alfredo puede llevarla a conocer las loadas delicias de un amor romántico. Sería tan bonito...
Pero no... hay que ahogar los sentimientos tiernos, las debilidades, hay que ser dura y seguir adelante con el negocio.
Gozar, gozar de los placeres sensuales, sin mirar atrás, sin pensar, no permitirse soñar con lo que no está a tu alcance.

Ah, Violetta, ojalá no hubieras cedido... realmente, este bienintencionado pero débil enamorado no era digno de tí.




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